No mires a los famosos, cómetelos

Tras leer la noticia de que David de Gea, portero del Manchester United, había sido pillado robando un donut en la ciudad de su equipo, pensé que no cabían más sorpresas para esta temporada en el universo de la comida y los famosos. Me equivocaba. Dos días después, otro titular dejó a la altura del barro aquel scoop, por otra parte desinflado tras declarar el guardameta que solo salió a por la cartera y que todo fue una confusión.

La historia provenía de Valencia e informaba de que en el Congreso Mundial del Arroz se había perpetrado una paella con la cara de Rita Barberá. El texto incorporaba una espeluznante imagen de la misma, en la que podíamos ver lo siguiente: el vestido de la alcaldesa, muy elegante, hecho con tomate frito; un collar de perlas de un material indefinido; la tez de Rita trabajada en diferentes tonos de tueste, y un pelo entre socarrat y directamente churrumado que recordaba a Gadafi o al Michael Jackson etapa Bad. Para terminar de arreglarlo, alrededor del arroz habían puesto unas rodajitas de pomelo rosa que daban al conjunto un puntazo de vanguardia gastronómica.

La 'Ritapaella' podía esconder algo tras su pinta de producto fallero

Al contemplar esta obra de arte, mi primer sentimiento fue el de pena. No por Barberá, a la que imagino acostumbrada a los excesos en las demostraciones de afecto de sus fans, sino por los organizadores del congreso. Te curras un acontecimiento al que pretendes dar dimensión internacional. Te traes a más de 50 cocineros de renombre de todo el mundo, incluidos Martín Berasategui o Quique Dacosta. Montas sesudas ponencias y encuentros para debatir sobre el cereal más popular del mundo. Y entonces llega alguien, cocina esa cosa, un medio le hace una foto y esta empieza a circular por la Red. Y claro, tu mundo se derrumba.

Aunque analizando más en profundidad el asunto, pensé que la ritapaella podía esconder algo bajo su apariencia de producto fallero y apuntar sutilmente a una tendencia ultramoderna: la de los comestibles con la cara de personajes populares. ¿Que estoy delirando? Miren las pizzas que vende la cadena británica Pizza Express con los caretos de Rihanna o Madonna, labrados con queso, tomate y aceitunas. O los retratos en crema de Justin Bieber, Obama o Lady Gaga de la artista Faye Halliday. O el trabajo de Henry Hargreaves que reproduce a los Beatles con tostadas. Tomen nota: lo de mirar a las celebridades está pasado. Lo que mola ahora es comérselas.