Cadaval vuelve sobre Irlanda en 'Oeste solitario', de McDonagh
Si el protagonista de Un cranio furado tenía que desenterrar a su señora, muerta en un extraño accidente, y viajar con ella escuchando los juicios de policía, familia y jóvenes narcotizados, los dos hermanos (Vítor Mosqueira y Evaristo Calvo) que protagonizan Oeste solitario, otro texto sobre violencia estructural del dramaturgo angloirlandés Martin McDonagh, "tienen que aprender a pedir perdón". Acaban de perder al padre "en una accidente de caza doméstico", ciñe la anécdota Quico Cadaval, "y sin la figura dominante se disputan la casa".
La obra de Producións Teatrais Excéntricas, la compañía de Cadaval, se estrena este lunes en el Principal de Santiago, donde permanecerá hasta el miércoles. Ambientada en Connemara, el Kosovo irlandés, Oeste solitario vuelve sobre los temas de McDonagh, acostumbrado a hacer terrorismo cultural para católicos y protestantes de las Islas Británicas y, más recientemente, de América del Norte.
"Las mujeres en esta obra son casi un mito, lo que sin duda contribuye a la desolación", explica. Además de los hermanos que se odian, la pareja romántica está compuesta por un cura católico (Marcos Correa) y una traficante (María Lado) de whiskey casero. Todos personajes "nobles, auténticos y muy brutos", sigue Cadaval, "el teatro irlandés explica Galicia muy bien, con ese humor que circunda lo patético y lo ridículo".
Atmósfera de western
"De hecho, si no titulamos la anterior Un cranio de Coristanco fue porque queríamos que el público se diese cuenta, no dárselo todo pensado". Distingue la excepción religiosa, al no ser precisamente numerosos los sacerdotes gallegos "que no traicionaron a su país, si quitamos a Moncho Valcarce".
Con atmósfera moral de western -así El prado como El juez de la horca-, Oeste solitario también esta poblada de referencias pop. "No tantas como en Un cranio furado, pero si sale Canción triste de Hill Street, o el cómic de Spiderman contra el Doctor Octopus". Tras O cranio..., que mereció cinco premios en los María Casares de este año, esta es la obra de McDonagh que cierra su célebre Leenane Trilogy. El primero de aquellos textos, A raíña da beleza de Leenane, lo montó hace unos años Teatro do Atlántico.
En la versión de Excéntricas, Kukas, Octavio Mas, Piti Sanz y Pancho Lapeña se encargan, respectivamente, de escenario, iluminación, diseño sonoro y gráfico.
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