La juez imputa a un colegio donde murió un niño ahogado

Siguen adelante las diligencias judiciales por la muerte de un niño de cuatro años en la piscina de su colegio de A Coruña mientras estaba en clase de natación. Y se mantienen las imputaciones por un posible delito de homicidio imprudente contra siete personas del centro La Paz, entre ellos los dueños, directivos y empleados. La juez que instruye el caso ha decidido continuar con las diligencias y abrir ahora un plazo de 10 días para que el fiscal y los padres del pequeño presenten su escrito de acusación solicitando apertura de juicio oral o, por el contrario, el sobreseimiento de la causa.

Los acusados pueden recurrir este auto en el que se recoge un resumen, tras tomar declaración a todos los que tuvieron algo que ver en este suceso ocurrido la mañana del 30 de marzo de 2009. La cámara del colegido no grabó lo que ocurrió en la piscina, cuando Diego Novo, de cuatro años, estaba en clase de natación junto a sus compañeros de Primero de Infantil.

La última persona en verlo con vida fue la profesora que estaba encargada de recoger en los vestuarios a los niños tras terminar la clase y ayudarles a vestirse. El pequeño estaba en el baño, minutos antes de terminar a las 10.30 horas su media hora de curso de natación, sin las chanclas y sin estar acompañado por un adulto, como marca la norma del colegio. La profesora le llamó la atención por no llevar las chanclas, aunque no se fijó si llevaba la burbuja, y siguió su camino hasta el vestuario para atender al resto del grupo.

Cámara de grabación

El socorrista era el encargado ese día de sacar los niños del agua y quitarles la burbuja para llevarles a la ducha, donde quedan a cargo de su tutora o profesora de apoyo. Mientras estaba en esas tareas, la monitora se quedó esperando fuera en el recinto de la piscina aunque, según la cámara de grabación, se ausentó ocho minutos para ir al baño. Fue en ese momento en el que debió de caer al agua Diego. Apareció poco después, flotando boca abajo. Fueron el socorrista y la monitora, tras entregar el grupo a la profesora, los que vieron al pequeño. Nadie se había percatado de que faltaba en las duchas. Los intentos de reanimarlo fueron vanos.

Además del socorrista, la monitora y el responsable de la piscina, la jueza imputa por homicidio imprudente a sus superiores jerárquicos: los dueños del colegio, el director y el jefe de estudios.