Elogio del vértigo

A cuatro días del inicio de la Liga Endesa, el Madrid y el Estudiantes echaron el telón a la pretemporada en el partido final de la 28ª edición del Trofeo de la Comunidad de Madrid y lo hicieron al sprint. En un pulso de piernas, el Madrid hizo del vértigo la mejor de sus virtudes y, liderado por Rodríguez y Llull, se impuso a un meritorio rival que tiró de orgullo y aguantó hasta los últimos minutos el duelo a campo abierto.

El balón al aire fue como el pistoletazo de salida de una prueba atlética. Sin pausa, sin respiro, sin solución de continuidad, solo interrumpidos por el protocolo del cronómetro, unos y otros midieron su destreza destartalando todas las pizarras.

En los blancos, Llull y Rodríguez, secundados por Pocius en el perímetro y Begic en la pintura, eran los reyes de la velocidad y se alternaban para dar en cada contragolpe una vuelta de tuerca más. Entre ambos sumaron 19 de los 40 puntos del Madrid en la primera parte (30 de los 79 totales). Entre ambos desgastaron a los colegiales, que, sostenidos por la veteranía de Jiménez y Gabriel, la fibra de Simmons y los puntos de Wright, mostraron igual brío, pero acabaron por enseñar sus limitaciones en la rotación y perdieron en todos los porcentajes de tiro. Aun así, los de Pepu no se descosieron. Puro derbi.