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Reportaje:LOS RECORTES TIENEN ROSTRO / 5

"¿Dónde voy a dormir ahora?"

Muntean no tiene un techo ni puede trabajar en el olivar

Ginés Donaire

Constantin Muntean despliega su mapa para ver cuál será su próxima parada en la geografía española. Ha llegado a Jaén en busca de un trabajo en el olivar y se ha encontrado de bruces con el centro de acogida a transeúntes cerrado a cal y canto. "Tengo hambre, no tengo dinero y no sé dónde voy a dormir ahora", se lamentaba este rumano de 50 años que lleva un largo itinerario nómada por distintas ciudades españolas. El año pasado encontró trabajo como tractorista en una finca olivarera de Torredelcampo (Jaén), pero este año no ha tenido suerte. Como otros muchos inmigrantes, ayer se agolpaba a las puertas del centro de acogida de Jaén sin saber muy bien a dónde ir.

"No sabía que el centro estaba cerrado", indicó Muntean en un castellano poco fluido, pero muy expresivo a la hora de mostrar su decepción por la falta de un techo. No le dieron alojamiento, pero a cambio le ofrecieron un billete de autobús hasta Puente de Génave, en el otro extremo de la provincia. Esta práctica, la de enviar a los inmigrantes sin trabajo de un lado para otro, está muy generalizada en la campaña de la aceituna. "Seguramente seguiré camino hacia Valencia a ver si tengo más suerte", comentaba, resignado, este rumano que trabajó como fotógrafo en su país.

El centro de acogida de Jaén cierra tras echar a sus nueve empleados

El centro de transeúntes de Jaén se cerró ayer coincidiendo con el último día de trabajo de los nueve empleados que lo atendían, que han sido víctimas de un ERE para 22 personas por parte de Cruz Roja, que era la entidad que lo gestionaba y que no ha renovado el convenio por la elevada deuda contraída por el Ayuntamiento. El despido de estos trabajadores lo ha aprovechado el consistorio, gobernado por el PP, para el cierre temporal del centro alegando que se van a hacer obras para corregir deficiencias, como la ausencia de calefacción o de agua caliente. La intención municipal es reabrir el centro antes de la llegada masiva de temporeros buscando un trabajo en la recolección de la aceituna, que se inicia a principios de diciembre. El año pasado, el albergue atendió a más de 3.000 temporeros y dio más de 14.000 comidas.

¿Y dónde dormirán ahora estas personas? Dice el Ayuntamiento que ha llegado a un acuerdo con un hostal para que puedan alojarse mientras el centro de acogida permanece cerrado. "No corren peligro los usuarios", exclamó el alcalde, José Enrique Fernández de Moya. Pero los transeúntes e inmigrantes no se dieron por enterados y ayer mismo improvisaron, con cartones y mantas viejas, un campamento en el exterior del albergue de Jaén, que rápidamente desmontó la policía. "Estos centros son muy necesarios para nosotros y también para muchas personas necesitadas del lugar, es un error cerrarlos", decía Muntean.

Con el mismo futuro incierto se encontraba Marchouk Abderrahman, un marroquí de 30 años que llegó a España hace tres años escondido en los bajos de un camión que hizo el trayecto entre Nador y Almería. Tras haber trabajado unos meses en los invernaderos almerienses, donde ha cobrado 40 euros por jornadas laborales de 10 horas, ha llegado a Jaén en busca de un tajo en la campaña de la aceituna. Ha dormido tres noches en el centro de transeúntes. "No sé dónde voy a ir ahora", decía, sin querer resignarse a dormir en la calle.

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Constantin Muntean, delante del centro de acogida de Jaén.
Constantin Muntean, delante del centro de acogida de Jaén.J. M. PEDROSA

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