_
_
_
_
EL COMIDISTA | COCTELERÍA

El provocador banquete de DQS

Mikel López Iturriaga

No es que yo tenga especial simpatía por la nobleza, pero debo aplaudir el menú que la Duquesa de Alba (rebautizada DQS por gracia del merchandising sevillano) ha elegido para el banquete de su tercera boda. Ella, a la que como todos sabemos afectan poco las estrecheces de la crisis, bien podría haberse dado un baño de emulsiones, aromas, jugos y todas esas cursilerías con que los restaurantes pretenciosos lamen los oídos de los esnobs para luego atizarles con una cuenta de más de cien euros por persona.

Pero no. DQS ha apostado por la sobriedad. Como entrantes, los 25 invitados al banquete del palacio de Dueñas tomarán dos sopas frías típicas españolas: gazpacho y ajoblanco. Después, su arroz favorito, con bogavante picante. En el plato fuerte, un guiño a la vieja escuela con el solomillo Wellington, y de postre, sorbetes variados, arroz con leche y tocino de cielo.

¿Un menú poco conectado con la vanguardia española? sin duda

¿Conservador? Puede. ¿Poco conectado con la vanguardia de la cocina española? Sin duda. ¿Apetecible? Definitivamente sí, y más teniendo en cuenta las buenas artes culinarias que se practican en esa casa, según apuntan los duquesólogos. Yo diría que, bien guisada, la selección de platos podría convencer a Robespierre, a Cayo Lara y hasta a algún adrianista harto de moléculas. Nótese que quizá haya algo de revolucionario en la apuesta de DQS: en tiempos en los que lo correcto en cocina es la originalidad a cualquier precio, tanto clasicismo suena a provocación.

Si comparamos el menú con el que se sirvió en la primera boda de la noble, percibiremos además una loable evolución hacia las líneas puras. En aquel convite también se tomó gazpacho, pero lo que siguió fue un festival de cocina rococó: lubina a la Richelieu, langosta fría a la parisién, silla de ternera Orloff con guisantes a la francesa, pularda a la Lamberty, pavo gelé... Eran otros tiempos, claro, pero incluso con perspectiva histórica cuesta perdonar lo del jamón de York con huevo hilado.

Solo hay una cosa que echo en falta en el ágape del próximo sábado respecto al de 1947, y es la caridad cristiana. Según cuenta la revista Semana, "por deseo expreso de la novia" se sirvieron 1.000 comidas para los necesitados de Sevilla, y el duque donó medio millón de pesetas para repartir entre las bocas hambrientas de la ciudad. Sé que los tiempos no están para tanto gasto social, pero se me ocurre que un detallito sin gran coste, tipo "ponga un pobre en su mesa" al estilo Plácido, no habría estado mal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_