El Consell quita hierro a la amenaza de Rus a la oposición
Con las placas tectónicas del PP valenciano en fase de ajuste, tras el tsunami provocado por la dimisión de Francisco Camps el pasado mes de julio, el Consell intentó ayer, sin desautorizarlo, quitar hierro a la amenaza del presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, a la oposición.
Rus ha insistido varias veces esta misma semana en que, tras las elecciones generales del 20-N, suprimirá los sueldos, los coches y los teléfonos de los diputados provinciales del PSPV, Compromís y Esquerra Unida por defender la supresión de las Diputaciones provinciales.
La portavoz del Consell, Lola Johnson, intentó justificar al también presidente provincial del PP de Valencia. "Las declaraciones de Rus van dirigidas contra las personas que cuestionan la institución, pero es una reflexión que puso encima de la mesa y que compartió con los diputados". Johnson admitió que "hay que revisar muchas competencias en las Administraciones" pero argumentó que "el debate sobre las Diputaciones es estéril si no se enmarca dentro de un debate sobre la reorganización de las Administraciones".
El presidente de la Diputación de Valencia exhibe su poder en la FEMP
"La decisión [sobre quitarle a la oposición los recursos] la tiene que tomar el presidente de la Diputación de Valencia que ha pedido una reflexión seria y serena a los diputados", insistió la consejera portavoz.
Desde que Rus mostrara su enfado por no haber sido informado de la designación de Alberto Fabra como presidente de la Generalitat este verano, el presidente de la Diputación de Valencia ha visto cómo aumentaba su influencia en el seno del partido.
Rus asumirá este sábado la presidencia de la comisión de Diputaciones provinciales de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), probablemente una de las más importantes de este organismo. Un puesto que deberá compatibilizar con la alcaldía de Xàtiva, su escaño en las Cortes Valencianas y la presidencia de la Diputación de Valencia.
Ayer, Rus acudió a un acto con alcaldes en la sede regional del PP, donde coincidió con el regidor de Paterna, Lorenzo Agustí, que cuestiona su liderazgo, y con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, otro peso pesado del partido que también se quejó de falta de afecto. Al terminar el acto, Barberá se marchó en compañía de Fabra, que ha aumentado sus atenciones hacia la alcaldesa en las últimas semanas.
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