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Reportaje:

Desestresarse a golpe de almohada

El Parador de Alcalá organiza diversas actividades para relajarse

F. Javier Barroso

El centro de Alcalá rebosaba a mediodía de ayer plena actividad. Decenas de personas iban de un lado para otro. Entraban en el Ayuntamiento, subían a toda velocidad a los juzgados o esperaban al autobús. Las prisas contrastaban con la tranquilidad y la música a ritmo lento que había en un edificio recién restaurado. En el Parador Nacional parecía que el tiempo se había detenido. El motivo no era otro que la jornada de puertas abiertas organizada para enseñar al público las actividades relajantes que ofrece este recinto.

Los que se acercaron desde mediodía hasta las ocho de la tarde pudieron disfrutar de opciones muy diversas. Desde dejarse seducir por un artista especializado en hacer enormes pompas de jabón hasta un masaje desestresante. "Las pompas son magia. La tranquilidad y la ilusión se crean cuando se las ve elevarse y adoptar formas diversas", destacaba el bonaerense Mariano Guz.

Uno de los momentos que más atrajo al personal que pasó por el parador fue la guerra de almohadas. Adquiridas de forma masiva en una conocida marca sueca, algunos asistentes tuvieron reparo en participar, pero conforme terminaban de pegar golpes y golpes y de lanzar al aire decenas de plumas reconocieron que era "una experiencia única". "Es genial. Yo he llegado incluso a llorar de la emoción. Ha sido como volver a las gamberradas, a ser jovencita. Gracias a estas actividades una se permite hacer cosas que durante el día no puede", comentaba la profesora universitaria Rosalía. "Desde luego que esto sí que te ayuda a desestresarte", apuntaba su amiga María de los Ángeles. También hubo actividades mucho más tranquilas, como las protagonizadas por la cantante japonesa Makiko Kitago, que entonaba canciones de cuna en un recinto a oscuras. Pese a su prodigiosa voz, más de un participante se quedó dormido durante la audición, que duraba entre 15 y 20 minutos. "Ha habido algunos que no han tardado ni 10 minutos en empezar a roncar como leones, pero no me importa. Soy de las que pienso que la música se puede escuchar incluso a través de la piel", reconocía con satisfacción.

El estómago también estaba bien atendido en esta sesión de relax. Los cocineros Paco Moreno y Carlos Paredes prepararon "comida sana" como zumos de todo tipo de frutas (mango, coco, kiwi, frutos rojos), queso con membrillo, sándwich vegetal con salsa de yogur o frutos secos. "Cuando se pretende relajar, la alimentación es muy importante. La fruta genera paz, tranquilidad y sosiego por su carácter saciante", afirmaban ambos.

"Lo que tratamos con esta actividad es ofrecer a nuestros clientes, en especial a las empresas, actividades distintas para cuando acudan a sus convenciones o sus reuniones de trabajo. Por ejemplo, reservar el spa durante dos horas hace que los empleados o los ejecutivos puedan hablar de otra cosa que no sea trabajo", explicaba el director del parador, Pedro Soria.

Pero si algunos querían dejarse meter mano también tenían ocasión. Tres especialistas daban masajes de cuello, de piernas o de espalda a todos los asistentes. "La zona que más se carga generalmente es la del cuello, las cervicales y los trapecios. Por eso, siempre hay que trabajarlos más", reconocían las masajistas Anna Dimitrova y Kendy Peguero.

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Dos participantes en los actos del Parador de Alcalá, durante una guerra de almohadas.
Dos participantes en los actos del Parador de Alcalá, durante una guerra de almohadas.CARLOS ROSILLO

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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