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Reportaje:

Evaluación continua para padres

El colegio de Aguiño introduce en clase a las familias y prescinde de libros de texto

Educar jugando, sin libros de texto pero sí con un material elaborado por el profesorado que responde a las necesidades individuales de cada alumno y con una elevada participación de los padres a los que también se les evalúa para que la implicación con sus hijos sea máxima. Así es como piensan los maestros del Colegio Público de Educación Infantil de Aguiño, en el municipio de Ribeira, quienes han quedado finalistas del Premio Nacional a la Acción Magistral 2011 con su proyecto Espacios colaborativos y creativos de corresponsabilidad educativa entre familia y escuela, en el que participan 32 alumnos de 5º y 6º de Primaria.

La idea surgió al detectar en esta localidad costera el abandono prematuro de los estudios por salidas profesionales relacionadas con el mar. Los maestros de Aguiño observaban una delegación total de las responsabilidades educativas sobre la escuela por parte de las familias, que se despreocupaban del apoyo necesario en los hogares. En general, núcleos familiares con un nivel cultural medio-bajo, algunos de ellos con problemas de droga que abocaban a sus hijos al fracaso escolar. Para remediarlo, este centro se empeñó en concienciar a los padres en la corresponsabilidad educativa, imprescindible para el correcto desarrollo del menor. "Empezamos a diseñar actividades que fueran atractivas para motivar la participación de los padres, y para despertar en ellos emociones de su infancia", afirma la autora del proyecto, Uxía Acuña.

"Educamos en el inconformismo para formar niños autónomos"

Múltiples son las actividades semanales que elaboran los educadores de Aguiño en las que el juego compartido entre escolares y padres es primordial para su crecimiento y en las que la integración de las tecnologías en la vida de los pequeños tiene una gran importancia. "Hace dos años, ganamos 15.000 euros en un concurso de innovación de la Xunta. Con ellos pudimos comprar encerados digitales", cuenta orgullosa Acuña, quien no olvida que, además de la educación multimedia, el menor también necesita para su crecimiento contacto físico. "Tienen que tocar texturas, el cuerpo es su primer instrumento y para madurar necesitan usar los cinco sentidos".

Montajes fotográficos de dinosaurios en el paisaje de Ribeira, maniquíes de niños y niñas convertidos en modelos de Mariquita Pérez y calcetines reciclados para dar vida a marionetas de guiñol son algunas de las tareas que cada semana el maestro propone a colegiales y familias y que concluye con una puesta en común en la clase. La finalidad es preparar a los niños para la vida y enseñarles a pensar por sí mismos. "No creo en la enseñanza con planteamiento predeterminado", dice Uxía Acuña, "utilizamos mucho material artístico como referente para crear un pensamiento crítico en los pequeños y hacerles dudar. Educamos en el inconformismo para formar a niños autónomos".

Los docentes no solo cultivan las mentes de los pequeños, también han creado un espacio de apoyo para los padres. En las horas de tutoría se les enseña el manejo de cámaras digitales y USB, herramientas necesarias para elaborar las propuestas educativas y que prestan a quienes carecen de estos recursos.

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La enseñanza personalizada es otra novedad de este colegio, que apuesta por potenciar las cualidades de cada estudiante. Para ello, nada de libros de texto. Son los propios maestros, con una docencia multidisciplinar, quienes diseñan los temarios y compran el material escolar del curso. Los fondos se sufragan por los padres, quienes pagan una cuota de 20 euros por trimestre. Acuña recalca la gran labor de apoyo por parte de la Asociación de Nais e Pais de Alumnos (ANPA), que colabora económicamente para el correcto funcionamiento del centro.

Y, en un mundo global, preparar a futuros hombres y mujeres con una visión abierta es indispensable para el colegio de Aguiño. Por ello pertenecen a la Agrupación o Red de Centros Educativos (ARCE) de España, en la que maestros y escolares se reúnen con escuelas de Asturias, Lleida y Valencia en distintas zonas de la Península para intercambiar proyectos comunes y métodos de enseñanza.

A Uxía Acuña ser finalista del Premio de Acción Magistral le aviva sus ganas de trabajar a favor de la educación. "El que las instituciones den tiempo al profesorado para investigar a favor de los niños es lo deseable".

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