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Huelga en la enseñanza

Miles de docentes protestan contra "los ataques a la educación pública"de la Xunta

"Indígnate co conselleiro de Educación de Galicia". A las 11 de la mañana de ayer, a las Marías de la Alameda compostelana se les hacía imposible leer otra cosa. Los profesores más madrugadores comenzaban a reducir su campo visual a la enorme nariz que cientos de carteles dedicaban a la cara del conselleiro Jesús Vázquez. El ambiente comenzaba a afinar gaitas de tono reivindicativo. Media hora después, los indignados de la comunidad educativa gallega eran ya miles, 15.000, según los seis sindicatos convocantes, y la rabia aglutinadora tornó en manifestación. Quizás con menor participación que en la del pasado día 9, pero con las mismas reclamaciones que entonces, docentes, organizaciones estudiantiles y asociaciones de padres y madres llegados de todos los puntos de Galcia, pusieron en las calles de Santiago el rostro de la primera jornada de huelga en la enseñanza pública no universitaria.

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El mensaje fue unitario: responder a "las agresiones a la educación pública y, por tanto, a los ataques al futuro de este país". Tanto las centrales sindicales como los manifestantes coincidieron en recalcar que la movilización no solo pretendía visualizar su rechazo al "empeoramiento de las condiciones laborales del profesorado impuestas por la Xunta", sino, sobre todo, a la merma de la calidad que el aumento del horario lectivo, la reducción de la plantilla docente y la obligación de desempeñar nuevas funciones provocarán en la enseñanza pública. Entre intermitentes gritos de "la Xunta de Galicia, recorta y privatiza" o "conselleiro, dimisión", los manifestantes clamaron contra unas medidas que, en palabras de Anxo Louzao, responsable de Ensino de la CIG, se derivan de una política de austeridad que "solo se aplica a la enseñanza pública". Mientras tanto, las ventanas del edificio de la Compañía de María se llenaban de curiosos ante el paso de la marcha. Algunos con sonrisa divertida ante los bailes y saludos protagonizados por los cabezudos de Feijoó y Vázquez; otros, los más, con mirada indiferente. La cosa no iba, no va, con ellos.

Tras una hora de recorrido sobre el empedrado compostelano, la cabecera de la marcha alcanzaba la meta de San Caetano. El escritor y profesor jubilado, Xabier P. Docampo, puso voz al manifiesto con el que se cerró el acto. En su discurso, el novelista acusó a Jesús Vázquez de "despreciar e insultar al profesorado" con directrices que "continúan desmantelando los servicios públicos", por lo que invitó al conselleiro a dimitir "como el mejor servicio que le puede hacer a la educación gallega". Docampo recordó a la Xunta que de no reconsiderar su postura, los profesores se movilizarán en una nueva jornada de paro, el próximo día 27. Y lo cierto es que en el intercambio de impresiones surgido en los corrillos de manifestantes al fin de la marcha, predominaba la disposición a volver a salir a la calle. "Sabemos que el sueldo que nos descuentan cada día de huelga no se va a invertir precisamente en servicios públicos", comentaba una docente del IES Castelao de Vigo, "pero la Consellería tiene más recortes en el cajón y eso es lo hay que parar", sentenciaba Fernando, profesor del también vigués IES de Teis.

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