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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Al toque de Cazorla

El Málaga derrota a un Athletic muy serio con un gol de falta del asturiano

Fernando J. Pérez

Cazorla volvió a ser el elemento desequilibrante para una nueva victoria del Málaga, que se instala en un lugar de la clasificación acorde con la inversión millonaria del jeque Al-Thani y con el currículum de su plantilla. Los de Pellegrini vencieron a un Athletic muy serio, que, pese a la derrota, enmendó algunos de los errores que le costaron la derrota contra el Betis en la jornada anterior. Si la posición del Málaga en la tabla es reflejo de la calidad de sus jugadores, la de los vizcaínos es una muestra más de las injusticias del fútbol.

En el campo se enfrentaban, además de dos equipos, dos concepciones de club: el Athletic concentrado en profundizar en la cantera autóctona, y el Málaga, con un modelo internacionalista en el que, aparte de Gámez se va diluyendo la presencia local. En un partido en el que el cansancio y la disciplina defensiva de ambos equipos fueron la tónica, el gol solo podía llegar de una falta directa. En el minuto 62, Cazorla, que había estado muy bien cubierto por la defensa bilbaína, lanzó desde dos metros por detrás de la media luna un balón que como un avión teledirigido se incrustó en la portería de Iraizoz. Un gol muy parecido al que el asturiano marcó en la derrota contra el Sevilla en la segunda jornada, pero con un rendimiento muy distinto.

MÁLAGA 1 ATHLETIC 0

Málaga: Caballero; Gámez, Demichelis, Mathijsen, Eliseu; Toulalan, Duda (Maresca, m. 79), Jaoquín (Seba Fernández, m. 88), Cazorla; Baptista y Van Nistelrooy (Rondón, m. 63). No utilizados: Rubén, Sergio Sánchez, Monreal e Isco.

Athletic de Bilbao: Gorka Iraizoz; Gurpegi, Javi Martínez, Ekiza; Iraola, Iturraspe (David López, m. 63), De Marcos, Muniain; Gabilondo, Susaeta (Igor Martínez, m. 56, Toquero, m. 71); Llorente. No utilizados: Raúl, Aurtenetxe, Iñigo Pérez y San José.

Gol: 1-0. M. 62 Cazorla, de falta directa.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Iturraspe, Cazorla, Toquero y Javi Martínez.

Unos 28.000 espectadores en estadio de La Rosaleda.

El equipo vizcaíno, un grupo muy solidario, presionó y presionó sin fortuna
El conjunto de Pellegrini lleva tres partidos consecutivos sin recibir un gol

En ese momento, el Athletic, acumulador de chascos en este inicio de campaña, se vino moralmente abajo y aunque su zaga no se descompuso, fue incapaz de incomodar a los malagueños como había hecho hasta entonces. Solo Toquero, que entró en sustitución del lesionado Igor Martínez, hizo acordarse a los malagueños del gol en el último minuto que marcó Javi Martínez en el partido entre ambos equipos del año pasado. El defensor vasco interceptó, aparentemente de forma involuntaria, un pase de De Marco a Llorente. Sin embargo, Willy Caballero, que lleva tres encuentros seguido con la portería limpia, consiguió atajarlo.

Fue el único gran despiste de la defensa malaguista, una verdadera antítesis de la que en la temporada pasada acumuló 64 goles en contra. Especialmente eficaces estuvieron Gámez, muy atento en la recuperación de balones arriba, y el francés Toulalan.

La victoria no fue fácil para los locales. En el primer tiempo, una versión adaptativa del Athletic consiguió dominar progresivamente un partido de gran exigencia física, con largas carreras y agotadores choques entre las líneas. Los de Bielsa, de quienes se esperaba un juego de pase y toque corto, plantearon al principio un juego muy directo y consiguieron llevar a los estilistas malagueños a su terreno. La sociedad de Joaquín y Cazorla, que tan fructífera se demostró en el estreno liguero contra el Granada -dos goles de cada uno- se vio bastante eclipsada por el trío de centrales colocado por el Loco tras la derrota contra el Betis en San Mamés.

Los inicios del partido, para extrañeza de la grada que quizá esperaba una nueva demostración de fútbol-baile, especialmente por parte local, se caracterizaron por las jugadas de gran proyección espacial. En el minuto 16, Duda, con su bisturí izquierdo, colocó, desde el centro geométrico del campo un balón en el pie a Eliseu, que dentro del área. Poco después, el pequeño Muniain, el más activo de los vizcaínos ayer, respondió echando fuera un balón tras un pase medido de De Marco y una carrera de 40 metros.

A medida que los kilómetros se iban acumulando en las piernas de los malaguistas, el Athletic cambió de táctica, y surgieron Iker Muniain y Susaeta. A base de toques cortos e incursiones en las proximidades del área de Caballero, llevaron la angustia a la grada de La Rosaleda. Solo la imprecisión derivada del cansancio llevó a Susaeta a tratar de regatear a Mathijsen y Demichelis en el interior del área en lugar de dejar un balón preñado de gol.

Los bilbaínos, que comenzaron con ataques ansiosos e imprecisos -con pases largos a Llorente, un recurso casi inexplorado hasta ahora- demostraron, pese a la derrota, que van asimilando el manual de Bielsa. Esta adaptación se notó en la presión de los centrocampistas a los ataques malaguistas, que trataban de arrinconar a los centrales de Pellegrini hacia la banda y sobre todo, en la implicación defensiva de todas las líneas. Aunque el Athletic es un club en el que lo colectivo ha primado siempre sobre lo individual, las ayudas de Muniain en defensa daban cuenta del carácter solidario de los leones. Con esos mimbres y una mayor solidez mental ante la adversidad no deberían tardar en sumar puntos.

Cazorla ejecuta la falta que supuso el gol del triunfo del Málaga.
Cazorla ejecuta la falta que supuso el gol del triunfo del Málaga.JORGE ZAPATA (EFE)

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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