Feijóo y Blanco defienden los tres aeropuertos en el estreno de Lavacolla

La protagonista era la luminosa nueva terminal del aeropuerto compostelano de Lavacolla, que comenzará a operar el próximo 13 de octubre, pero en los discursos de su inauguración se colaron referencias a los otros dos aeródromos gallegos e incluso al tren de alta velocidad. Tanto el ministro de Fomento, José Blanco, como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reincidieron en la idea de que es necesario potenciar los tres aeropuertos gallegos -en los que el Estado invierte 490 millones para su ampliación- y coordinar su gestión para que "funcionen en red, de forma cooperativa". El titular de la Xunta plagó su alocución de llamadas a los alcaldes de A Coruña, Vigo y Santiago para que haya una "renovación de actitud", abandonen los localismos y se busquen "soluciones comunes" para el gobierno de las terminales. "La proliferación de distintos caminos de entrada nunca fue un problema para el principal éxito turístico de nuestra tierra, que es el Xacobeo. Y no lo fue porque todos convergen en una misma meta. Y esa misma filosofía nos guía a las administraciones estatal, autonómica y local para hacer posible una política aeroportuaria al servicio de un destino. Este edifico que inauguramos es el mejor referente para hacerlo", resumió.

Las instalaciones doblan la capacidad actual de pasajeros

Después de muchos desencuentros, la Xunta presentó a comienzos de año una programación de destinos para las tres terminales con visión de conjunto y evitando las duplicidades. Ese reparto se granjeó las críticas de los regidores, entonces todos socialistas, pero ahora, ante el comienzo de la temporada de conexiones de invierno, Feijóo debe imponer su política de "un aeropuerto con tres terminales" a dos alcaldes de su partido, en A Coruña y Santiago, y uno socialista en Vigo, que ya se han comenzado a rebelar.

El regidor popular de Santiago, Gerardo Conde Roa, abrió el acto de inauguración de la nueva terminal proclamando que en la Galicia "policéntrica, solidaria y única en la que se empeñan inteligentemente los dirigentes políticos, el aeropuerto de Santiago no es motivo y no lo será nunca para localismo alguno".Conde Roa conjuga ese discurso con el de reclamar una política "propia y diferenciada" para Lavacolla, mientras que el también popular Carlos Negreira, en A Coruña, negocia por libre las conexiones de Alvedro. Núñez Feijóo apeló desde la tribuna directamente a Conde Roa y al ministro de Fomento para "ser capaces de hacer una renovación de ideas de todos" y citó las ampliaciones que se llevan a cabo en Peinador y Alvedro para reclamar un cambio "en la forma de aceptar el reto común" porque, de lo contrario, las obras solo valdrían para "ampliar problemas". "Estoy convencido de que aunar esfuerzos para lograr una política coordinada es infalible", apostilló tras recordar que los aeropuertos gallegos tienen "necesidades comunes que necesitan soluciones comunes". Y estas, dijo, no están en manos de una sola institución pública.

Y si Feijóo reclamó una política aeroportuaria común, Blanco defendió las inversiones de su departamento en las terminales gallegas y que a Galicia "no le sobran infraestructuras". "No me cansaré de repetir que los tres aeropuertos gallegos no son una hipótesis teórica. Son una realidad desde hace muchos años. Y en nuestras manos está hacer de esa realidad una oportunidad de todos. Nuestro deber es rentabilizarlos potenciando la vocación para la que fueron construidos cada uno de los aeropuertos", explicó. Así, el ministro de Fomento apostó por unas terminales que "actúen de plataforma de desarrollo de los sectores clave de la economía de Galicia". En su discurso, Blanco recordó que el desembolso de Fomento en la comunidad es el mayor de su historia y, apoyado en eso, pidió que las infraestructuras se hagan con colaboración. Con las discrepancias sobre la llegada del AVE desde la Meseta bien presentes, como se encargó de recordar el presidente de la Xunta, el ministro proclamó que todos deben perseguir un mismo fin para que Galicia rentabilice lo que se está invirtiendo en la "transformación integral de sus infraestructuras de transporte". "Es preciso abandonar discursos que solo lleven a la nostalgia por lo que no hemos hecho", apuntó. En los halagos de Feijóo a la inversión y el esfuerzo del Gobierno central con las terminales gallegas, el titular de la Xunta coló su desencanto con el ritmo inversor de Fomento en el AVE, que relacionó con el descrédito que a algunos ciudadanos le merece a la política, ya que, dijo, el Pacto do Obradoiro se firmó como forma de "revertir el descrédito sobre la llegada de la alta velocidad". "Este acto es una prueba de que existe una fórmula efectiva y por eso abogo por extenderlo al resto de infraestructuras pendientes".

A la nueva terminal de Lavacolla se trasladarán todas las operaciones el próximo 13 de octubre, mientras que la torre de control se estrenará el 21 de septiembre. Durante este tiempo, en el edificio se realizarán simulacros de la actividad diaria con figurantes que deberán realizar los procesos de embarque y desembarque, de forma también que el personal se familiarice con las nuevas instalaciones. Blanco confió en que la terminal, que tiene capacidad para doblar la cifra actual de pasajeros -que ronda los dos millones-, batirá de nuevo este año su récord de viajeros.