Un joven muere apuñalado en las fiestas de Sevilla la Nueva
El supuesto autor regresó horas después y asestó una puñalada mortal en el corazón a Héctor - Detenido un segundo participante en la reyerta
Las fiestas patronales de Sevilla la Nueva (9.300 habitantes) se tiñeron de sangre al amanecer de ayer. Un vecino de la localidad, Alberto A. B., de 23 años, asestaba una puñalada mortal a otro residente, Héctor Valero Alcalde, de 22 años, con el que mantenía desde hacía tiempo un fuerte enfrentamiento. En la reyerta, ocurrida en la plaza de España ante la mirada perpleja de decenas de personas, otro joven también resultó herido de carácter leve. El supuesto autor fue detenido instantes antes de que se entregara en el cuartel de Navalcarnero. El Ayuntamiento decidió suspender los festejos y decretar dos días y medio de luto, tras condenar el crimen.
Las fiestas patronales comenzaron el pasado miércoles, pese a que ayer era el día del pregón. Los jóvenes de la localidad pidieron al alcalde, Mario Utrilla (PP), que les pusiera música en la plaza del Ayuntamiento para pasar la noche. Al lugar acudieron, como era costumbre, los jóvenes, entre ellos, los integrantes de la peña La Fuga, a la que pertenecía la víctima mortal. Alrededor de las cuatro de la madrugada, se inició una discusión entre ambos jóvenes.
La Guardia Civil espera practicar más detenciones en los próximos días
Detrás de todo ello, estaba una pelea previa ocurrida en los Carnavales de 2010 en una discoteca de Sevilla la Nueva. El presunto autor de la puñalada mortal había sido denunciado por propinar un puñetazo a un vecino de esa localidad. En esa agresión le rompió la nariz. Al juicio, que se iba a celebrar en breve, iba como principal testigo de cargo Héctor Valero. Este hecho hacía que ambos estuvieran enfrentados desde hacía tiempo, según sus amigos.
"Además, al que han detenido le llaman Conflic. Siempre estaba metiéndose en problemas. No tenía otro oficio que beber y drogarse. Lo de Conflic es por los conflictos en los que se metía", recordaban ayer algunos amigos de Héctor. "Pasaba porros y se dedicaba a trapichear. Era lo peor que nadie pueda imaginar", añadió otro conocido.
A las cuatro de la madrugada todo se saldó con un intercambio de insultos y de gritos, pero la frase de Alberto no dejaba lugar a dudas. "¡Esto no se va a quedar así!", le espetó a gritos. Cuando el reloj había superado las seis y media de la mañana, los chavales estaban esperando a que abriera el bar El Estanco y poder tomarse así el tradicional chocolate o café con churros antes de irse a dormir. Ayer no tuvieron tiempo. Alberto y otras tres personas, acudieron armados a la plaza de España. Sin mediar palabra y sin que el joven pudiera siquiera reaccionar, le asestó una puñalada en el corazón. En el suelo solo había unas pequeñas gotas de sangre, casi imperceptibles. Pero la lesión que le produjo a Héctor era mortal de necesidad.
El joven fue andando lentamente hasta el interior del bar, ya completamente moribundo. Logró sentarse en una silla y al poco dejó de respirar. "Aunque hubiera estado la UVI móvil allí mismo no habrían podido salvarle. La herida era muy fuerte", comentó uno de los empleados del establecimiento.
Al local acudieron facultativos de una UVI móvil del Summa que intentaron reanimar al vecino de Sevilla la Nueva durante 40 minutos. Sus maniobras resultaron infructuosas y al final solo pudieron certificar la muerte. En la reyerta también resultó herido un amigo de Héctor, Yeray, que recibió una puñalada en un muslo. Fue trasladado al hospital Fundación Alcorcón y recibió el alta a lo largo del día.
Al principio, se dijo que la reyerta había sido fruto de un enfrentamiento entre las peñas de Sevilla la Nueva. Nada más lejos de la realidad. Las dos que existen en el municipio nunca han tenido problemas y se llevan bien. Todos los vecinos recordaron "la buena persona" que era Héctor, un apasionado de los deportes. Estaba estudiando la carrera de Educación Física en la Universidad Alfonso X el Sabio de Villanueva de la Cañada y jugaba como central en el Rayo Brunete. Era el hijo del dueño de la única floristería de la localidad, que ayer, lógicamente, permanecía cerrada. Tenía un hermano mellizo, Sergio.
"Era un pedazo de pan, muy buena persona. Me he quedado helado al saber que lo habían matado", explicó ayer Daniel Díaz Pazos, compañero de equipo del fallecido. La víctima residía en la urbanización Los Manantiales, a la entrada de la localidad. "Le he visto desde que vinieron sus padres aquí a Sevilla la Nueva, cuando tenía cinco años. Él era el más alegre, el más contento, y nunca se metía en ningún problema. Daba gusto verlo y hablar con él", aseguró una vecina.
El supuesto autor cogió el coche y se dirigió a Navalcarnero con la intención de entregarse a la Guardia Civil. Pero no tuvo oportunidad. Una patrulla le interceptó en la calle principal del municipio antes de llegar a la casa cuartel. Aún llevaba las ropas manchadas de sangre, aunque no llevaba el arma utilizada en el crimen, según un portavoz de la Comandancia de Madrid.
El Ayuntamiento de Sevilla la Nueva convocó un pleno extraordinario de urgencia, en el que decretó la suspensión de las fiestas patronales, que terminaban a la medianoche de mañana. También decretó dos días y medio de luto y que las banderas de los edificios municipales ondearán a media asta y con crespón negro. El acuerdo municipal también incluía "una condena enérgica" del crimen y transmitir "las condolencias y solidaridad" con los padres de Héctor (Jesús y Carmen) y su hermano Sergio. También se ofrecieron a facilitar todos los medios que necesite la familia y anunciaron que el Consistorio se personará como acción popular en el proceso judicial. "Héctor era una persona muy conocida y querida en el municipio. Tras su muerte, nadie tiene ganas de fiesta", declaró el alcalde Mario Utrilla.
La Guardia Civil detuvo por la tarde al supuesto autor de la puñalada en el muslo al amigo de Héctor. Los agentes encargados de la investigación no descartan que se produzcan nuevas detenciones en los próximos días, dado que el grupo agresor estaba formado por cuatro o cinco personas.
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