Ritual de lo habitual
La principal acusación contra Beirut es que desde que debutó, hace cinco años, no se ha movido del sitio. Un lustro entregando pop al que sería injusto definir como mestizo aunque está musicado con vientos balcánicos y percusiones marciales. Es tan cierta esa acusación como también es lo que cuesta desengancharse de lo cálido de la voz de Zach Condon, el veinteañero de Nuevo México que se esconde detrás del nombre del grupo. Así que se acepta el problema: es más de lo mismo con sutiles variaciones, inmutables melodías de singular elegancia. Habrá quien crea que eso anula el resultado. Pero no tiene porqué. Se puede disfrutar una y otra vez de tus platos favoritos siempre que sean sabrosos.
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