Andy Whitfield, Espartaco en la televisión

Después de casi dos años luchando contra el cáncer, la batalla mantenida por el último actor que ha encarnado a Espartaco en la televisión la ha ganado la enfermedad. El domingo por la mañana fallecía a los 37 años en Sidney el actor galés Andy Whitfield (Amlwch, 1974), conocido por interpretar al esclavo que hiciera famoso en la gran pantalla Kirk Douglas. Hace 18 meses se le había diagnosticado un linfoma no-Hodgkin, un tipo cáncer muy frecuente y con el que no ha podido el tratamiento al que se estaba sometiendo.

Whitfield saltó a la fama gracias a su papel protagonista en la serie estadounidense Espartaco: sangre y arena. Ingeniero antes que actor, había participado solo en algunas series de la televisión de Australia, donde residía desde 1999.

Pocos autores de su momento han tenido su dominio de las palabras

En 2010, y cuando era prácticamente un desconocido en el mundo actoral, se convierte en la estrella de Espartaco, emitida en Estados Unidos en la cadena Starz. En los 13 capítulos de su primera temporada, Whitfield interpreta al célebre esclavo obligado a luchar como gladiador y que finalmente liderará una rebelión contra la república romana. La serie, filmada en Nueva Zelanda, obtuvo buenas cifras de audiencia. En España ha sido emitida por Canal + y Cuatro y ha logrado atraer la atención de más de dos millones de espectadores de media.

Tras finalizar la emisión de la primera temporada, en marzo de 2010, y mientras se preparaba para grabar la segunda, le fue diagnosticado un linfoma. Whitfield empezó a tratarse de inmediato, por lo que la grabación tuvo que retrasarse.

En ese intervalo de tiempo, la cadena decidió rodar una precuela en forma de miniserie de seis episodios, Espartaco, dioses de la arena, para aprovechar la buena acogida que había tenido la combinación de sexo y violencia que caracteriza a la serie. Mientras, los productores meditaban si cancelar la ficción protagonizada por Whitfield o continuarla reemplazando a la estrella por otro actor.

Cuando en junio de 2010 finalizó el tratamiento al que se estaba sometiendo, y dada su aparente mejoría, todo apuntaba a que podría retomar su papel y grabar la segunda temporada en otoño. Sin embargo, en septiembre el cáncer se complicó. Whitfield tuvo que desechar definitivamente su intención de volver a meterse en la piel de Espartaco para someterse, infructuosamente, a un nuevo tratamiento contra el linfoma.