Lejos de ninguna parte
Narrativa. Hay una tendencia en los escritores noveles a escribir en primer lugar sus propias historias, autobiografías o retazos de sus vidas noveladas. Son, por lo general, su primera obra y los lectores tendremos que esperar tiempo para saber si además de hablar de sí mismos y sus propias experiencias podrán contar de otras vidas y otros mundos. Algunos abordan esta primera experiencia literaria con fuerza, sus palabras alcanzan a trazar una huella. Nami Mun se encuentra entre estos. La historia narrada en Lejos de ninguna parte le permite al lector recorrer -a través de los ojos de una adolescente que se hace mujer huyendo de la soledad y el abandono- la vida sórdida, sin luz y sin esperanza de los bajos fondos neoyorquinos. La búsqueda de experiencias vitales que rescaten la sorpresa de vivir, así sea a través de la muerte, hace recordar el genio de Sándor Márai en La extraña, esa novela en la que un hombre mata en un intento por darle sentido a su aburrida vida burguesa. Que Nami Mun en su primera novela haya tocado tales honduras del ser humano la hace prometedora. La intensidad con que vive el abandono, la necesidad desesperada del afecto primordial y el vacío ante su ausencia están en cada línea en la que se lee cada vez una experiencia más abrumadora. Una niña y una adolescente que se hizo vieja y vivió muchos años en poco tiempo. Una anotación respecto a la traducción. Aunque se trate de traer al español una experiencia vivida en un mundo de habla inglesa y de hacerla cercana en este idioma, hay momentos en que el lector se siente más entre los arrabales de las ciudades españolas que en los bajos fondos del mundo estadounidense y anglosajón.
Lejos de ninguna parte
Nami Mun
Traducción de Bianca Southwood
Libros del Silencio. Barcelona, 2011
271 páginas. 17 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.