El gran apagón

Del todo a la nada, en menos de 24 horas, en una pirueta abismal. España pasó de exhibir un juego maravilloso y anotar 62 puntos en la primera parte ante Lituania a extinguirse en un apagón sin precedentes frente a Turquía, a la que solo fue capaz de colar una canasta en el último cuarto. Se cerró el pulso con un estrambótico 2-16 y una derrota española con todas las de la ley: 57-65.

De la maravillosa victoria sobre el temible equipo anfitrión, España pasó a una amarga derrota ante un rival subcampeón mundial, cierto, pero que apenas un par de horas antes se había salvado de la eliminación. Estaba a expensas de una victoria de Gran Bretaña sobre Polonia en el encuentro previo. Era difícil, pero se produjo (88-81). Fue un espaldarazo moral para los turcos. Su cita con los españoles adquirió de golpe una importancia capital. Al estar ambos ya clasificados, el resultado computa para la segunda fase. España, ahora con una victoria y una derrota de salida, iniciará mañana ante Alemania su segundo periodo en el campeonato.

El conjunto de Scariolo se hundió solo un día después de exhibirse contra Lituania

Quedó al descubierto el problema que hay para marcar a algunos 'tres' o aleros altos

Hubo más chicha en los prolegómenos del partido, durante los que se decidió el descarte de Pau Gasol, aquejado de un problema en un tobillo. La importante ausencia añade vinagre a la herida infligida al equipo español, que desperdició una ocasión estupenda para desmentir una excesiva dependencia de su líder. Sin él, fue otro equipo. Nada que ver sobre todo con el del día anterior ante Lituania.

La creciente incapacidad de España para resolver los problemas que le fue creando Turquía acabó arrastrándola hacia la parálisis absoluta. Por momentos, dio la sensación de que entre Marc Gasol y Navarro iban a ser capaces de enfilarla hacia el quinto triunfo, con Ibaka ocupando el hueco dejado por Pau. Pero la cosa no pasó del primer cuarto, cerrado con la mayor ventaja de España en todo el partido (19-10).

A partir de entonces todo fueron tropiezos. Irrumpió Preldzic, un prometedor alero bosnio de nacimiento que formó parte de la selección eslovena hace tres años y que ha decidido finalmente nacionalizarse turco, y se convirtió en la primera pesadilla. Desgastado Rudy Fernández, Scariolo recurrió a San Emeterio. Nadie logró minimizar el destrozo que causó Preldzic, escurridizo en sus movimientos e implacable en el tiro. Quedó al descubierto el consabido problema para marcar a algunos tres o aleros altos que tiene el equipo español. Turkoglu, el alero de Orlando Magic que combinó la posición de cuatro con la de tres, también causó más de un estropicio.

Por si fuera poco, Asik, pívot de Chicago Bulls, remiso al principio, acabó abriendo una apreciable grieta en el interior de la zona española. Marc e Ibaka tuvieron problemas con las faltas, al igual que Felipe Reyes, el único que estuvo entonado en el ataque en la segunda parte y el único suplente que anotó. Felipe sufrió igualmente problemas de faltas, tantos como para encarar a un pívot con más envergadura y que le saca más de 10 centímetros.

El ritmo de juego fue adecuándose a la propuesta de los turcos a pesar de que Scariolo intentó cambiar la inercia del juego primero con Calderón, con Sada en algún momento y un par de veces con Ricky Rubio, siempre sin resultado. España no dominó el rebote, no robó apenas balones y no pudo correr al contraataque.

Navarro, cegado por la defensa turca, en especial por Onan, se quedó secó en el segundo tiempo. Turquía, siempre por detrás en el marcador, completó una labor implacable después de acumular ocho puntos de desventaja (57-49) cuando Felipe anotó la única canasta española en el último cuarto. A partir de ese momento, España, exhausta, perforada en la defensa y sin ningún recurso en el ataque, sucumbió por inanición.