Las primarias tensan a Esquerra

Esquerra trata de conjurar su crítica situación sin caer en una nueva lucha intestina por el liderazgo. Para tratar de rebajar el enfrentamiento, el presidente en funciones del partido, Joan Puigcercós, pidió ayer "generosidad" y "respeto a la pluralidad". Lo hizo ante el consejo nacional que dio luz verde a la celebración de elecciones primarias para escoger el cabeza de lista para los próximos comicios generales del 20 de noviembre. Se medirán dos candidatos, pero también dos orientaciones: la continuista, que encarna el actual secretario general y portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao; y la renovadora, que encarna el escritor Alfred Bosch, que cuenta con el apoyo de la futura dirección de Oriol Junqueras. El primero representa la opción más orientada hacia la izquierda. El segundo hace del soberanismo el eje de su candidatura. En el capítulo de apoyos, las credenciales de Bosch son las que cuentan con más avales. El partido, deseoso de hallar la paz y salir del pozo político en que se encuentra, cierra filas en torno al nuevo líder, Junqueras.

El consejo nacional dio ayer el pistoletazo de salida y ratificó por aplastante mayoría (solo un consejero de 118 votó en contra) llevar a cabo unas primarias el próximo día 17 de septiembre, día en que los cerca de 8.000 militantes ya estaban llamados para votar al nuevo presidente y secretaria general, que serán Oriol Junqueras y Marta Rovira respectivamente.

En su intervención ante el consejo nacional, Puigcercós mantuvo una posición equidistante entre ambos candidatos. El líder republicano pretende llegar al congreso del próximo 1 de octubre en Girona con paz interna en el partido.Con temor a que el fantasma de la historia vuelva por sus fueros, Puigcercós pretende "relanzar el partido con nuevas ideas y nuevos equipos" con el objetivo de conseguir ganar credibilidad y salir del pozo en que se encuentra ERC desde 2008, cuando empezó el vendaval de malos resultados que le ha llevado a contar con 10 de los 21 diputados con que contaba en el Parlament.

El consejo nacional reunido ayer también se sumó a la petición de buscar una entente, un acuerdo, entre los candidatos. El portavoz de ERC Ignasi Llorente, explicó que existe un "sentimiento unánime de que debe aprovecharse el bagaje y la capacidad de los dos candidatos", así que el perdedor debe apoyar al contrincante durante la campaña electoral de las generales. Esto no significa, matizó el portavoz, que ambos candidatos se integren en una sola lista, ya que tanto Ridao como Bosch ya han descartado esta opción.

Mientras, los candidatos ya han empezado su periplo por el territorio para conseguir el máximo de apoyo entre la militancia. Bosch inició ayer su particular campaña dando una charla a afiliados de Vic.

El gancho con las bases es el punto fuerte de Bosch, que consiguió 1.800 firmas de militantes para oficializar su candidatura, además de apoyos públicos de pesos pesados del partido, como el expresidente del Parlament Ernest Benach.

Joan Ridao, en cambio, cuenta con el apoyo de la cúpula actual del partido. El secretario general que, como Puigcercós, intervino ayer por última vez ante el consejo nacional quiso poner en valor, ante sus compañeros de partido, su labor como diputado y demostrar su experiencia política (punto flaco de su contrincante), para contrarrestar así el lastre de ser visto como símbolo de una dirección que ha llevado ERC al desastre.

Y es que en 2008, ya tocada por el lastre de formar parte del gobierno tripartito, Esquerra empezó a entrar en caída libre. En las elecciones generales de ese año los republicanos pasaron de ocho a los tres diputados actuales. En las autonómicas de 2010, ERC perdió la mitad de su representación, quedándose con 10 escaños en el Parlament. Y en las municipales de mayo, perdió 80.000 votos y 200 concejales, aparte de desaparecer de todas las grandes ciudades (excepto en Barcelona).