Sainete político en el rodaje de Baron Cohen
Una manifestación de IU en Sevilla choca con una protesta ficticia de 'El dictador'
Diego Valderas, coordinador andaluz de Izquierda Unida, y otros históricos de la coalición se parapetaron ayer tras una pancarta que pedía "¡¡Referéndum, ya!!". Era en respuesta a la reforma de la Constitución que se debate en el Congreso y pusieron rumbo a la Delegación del Gobierno de Andalucía, en la sevillana plaza de España. Pero en el camino la comitiva, a la que acompañaban casi un centenar de personas, se topó con los albores de una revolución que le impidió entregar su escrito contra el "golpe constitucional", en palabras de Valderas.
Los revolucionarios eran más de 400 hombres gritando enardecidos para derribar una invisible estatua de Aladeen, el dictador que les amarga la existencia en el país imaginario de Fediya. El monumento lo añadirán después los de posproducción con sus trucos y tendrá la cara, barbada, del cómico británico Sacha Baron Cohen quien, desde ayer y hasta el jueves, está en Sevilla rodando Finchley dreams (El dictador), de Larry Charles.
La protesta de IU se dio de bruces con las vallas que cortaban el paso a la plaza de España, convertida en el palacio de Aladeen, un personaje con muchas similitudes con Gadafi. Entonces comenzó una discusión, de más de media hora, en la que los responsables andaluces de IU se enfrentaron verbalmente a personal de seguridad de la película, que les cortaba el paso. Tras una tensa espera, en la que Valderas aprovechó para arengar a los presentes, y la intermediación de la Policía Nacional, los manifestantes accedieron al edificio público y entregaron su escrito.
La escena de los dirigentes de IU parapetados por la pancarta, con policías a caballo al fondo y un tanque del ejército del malvado Aladeen al lado era, cuando menos, surrealista. Por si la mañana no estaba lo suficientemente movida, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP), llegó de visita poco después. Zoido saludó a Sacha Baron Cohen, tan identificado con su personaje como antes lo estuvo con Borat y Brüno -dos de sus mayores éxitos- y Larry Charles, el director de la comedia estadounidense que produce Paramount Pictures. El alcalde le pidió al director que hiciera un preestreno en Sevilla, a lo que Larry Charles le contestó que sería estupendo poder presentar la película en la misma plaza de España, con una pantalla gigante. Entretanto, los 400 figurantes sevillanos, caracterizados como árabes desharrapados, continuaban con sus esfuerzos, inútiles de momento, para tirar la estatua del dictador.
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