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Reportaje:

El mes que Angie desapareció

La historia de la desparición de la menor aún tiene varias páginas en blanco

Angie Corona, de 13 años, cogió algo de ropa, unos pocos enseres personales, 70 euros, y salió de su casa de El Puerto de Santa María (Cádiz) la noche del 30 de julio. Casi un mes después, su madre, Angélica Padilla, publica en Facebook: "Ya tenemos a nuestra hija en casa. Gracias a todos por el apoyo brindado en su búsqueda y palabras de apoyo. Mil gracias a todos". Se escribe así el final de una historia de desesperación, de semanas de búsqueda policial, de jornadas dedicadas a recorrer diferentes partes del país empapelando las calles con la foto de la niña.

Pero a la historia le faltan muchas páginas: todo lo ocurrido entre la marcha de Angie y su localización por parte de la policía en la Comunidad Valenciana permanece en la sombra. La operación, en la que varias personas han resultado detenidas, continúa abierta. Las fuerzas de seguridad no ofrecen datos a la espera de cerrar el caso. Y el juez, además, ha decretado el secreto de sumario para la investigación que, al implicar directamente a una menor, se torna aún más hermética.

También la familia de Angie, hasta la pasada semana dispuesta a acudir a todos los medios para difundir sus mensajes de búsqueda, ha caído en el silencio.

La intensa actividad de Angélica Padilla, con llamadas en las redes sociales, vídeos dirigidos a su hija y entrevistas en prensa y televisión para buscar ayuda ha quedado reducida a ese escueto mensaje de Facebook. Incluso un evento creado en las redes sociales para recopilar información sobre la desaparición, y que contaba con centenares de personas que han ofrecido durante un mes su apoyo a la familia, ha sido borrado.

Ha trascendido, eso sí, que la menor, nacida en Cali (Colombia), pero de nacionalidad española, se encuentra en buen estado de salud.

Desde el principio, la investigación se ha centrado en la búsqueda de las personas que han podido ayudar a Angie Corona a permanecer un mes fuera de casa sin recursos propios. La familia pidió a la policía que indagara en la posible implicación de un joven de 24 años, militar destinado en el acuartelamiento de Camposoto (San Fernando). Al parecer, la chica mantenía una relación sentimental con el militar que provocó un conflicto con sus padres, que se oponían a ella. Si tenía o no algo que ver con su desaparición está entre los muchos interrogantes que se han abierto tras la localización de Angie.

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