"Todos nos vamos a retratar sobre qué modelo de Estado queremos"
Entre la política y la Aste Nagusia (servicio de barra en la txosna de las juventudes de su partido incluido) se mueve esta semana Andoni Ortuzar, presidente del PNV vizcaíno.
Pregunta. Quieren aprovechar la reforma constitucional para introducir el "derecho a decidir".
Respuesta. Toda la vida el legislador español y los dos grandes partidos habían puesto una especie de cordón sanitario. Parecía imposible la reforma de la Constitución y ahora se ha demostrado que no solo es posible, sino que la fuerza de los cambios del mundo casi obliga a ello. El encaje de las nacionalidades es una asignatura pendiente que la Constitución del 78 abordó parcialmente. Ha llegado el momento de utilizar ese mecanismo de reforma constitucional también para responder a esa asignatura pendiente.
Perfil
Periodista antes que político, Andoni Ortuzar (Abanto y Ciérvana, 1962) dejó su carrera en Deia para incorporarse a los servicios de Lehendakaritza en 1987. Tras ocupar varios puestos en el Ejecutivo, en julio de 1999 fue nombrado director general de EITB, cargo que mantuvo hasta enero de 2008 , cuando fue elegido presidente del PNV de Bizkaia. Todo apunta a que repetirá cuando el partido renueve sus ejecutivas territoriales en 2012.
"El encaje de las nacionalidades está pendiente en la Constitución"
"Una moción de censura contra Garitano sería un profundo error"
P. ¿Y cómo llevarán a la Constitución la autodeterminación?
R. Estamos profundizando en cuál es la fórmula más correcta de fijar nuestra posición y la propuesta, pero va a ser soportada en acuerdos del Parlamento vasco, para que nadie piense que estamos intentado hacer partidismo.
P. Su planteamiento en el Congreso va a ser solo testimonial.
R. Nos retrataremos todos. Cada uno tendrá que expresar cuál es el modelo de Estado que quiere y cómo interpreta la Constitución en este tema. Si en Euskadi se afianza el proceso de paz, si vemos lo que está pasando en otros lugares, es el momento para abordar, sin rasgarse las vestiduras, si el modelo de Estado plurinacional que dibuja la Constitución ha ido por los derroteros que cada uno pensábamos que iba a ir. En nuestro caso, claramente no.
P. Rescatan el "derecho a decidir" cuando les ha salido un competidor soberanista serio.
R. Hacíamos ya esta reflexión hace cuatro años. Ahora se puede abrir y nos sentimos en la obligación como partido nacionalista de plantearlo. No lo hacemos forzados por una pugna a ver quién es más nacionalista. No miramos de reojo a la izquierda abertzale.
P. ¿Esta revelando Bildu su verdadera cara?
R. Es más una UTE que un partido. Los otros partidos y los medios de comunicación estamos cometiendo un error en darle a Bildu una unidad de acción ideológica que no tiene. No sé si está dando su verdadera cara, porque no la conozco. La izquierda abertzale está imponiendo su forma de hacer política de toda la vida. Para presentarse a las elecciones todo fueron buenas palabras, pero la práctica se demuestra andando. La gestión que están haciendo no está siendo muy positiva, no ya como izquierda abertzale, sino como representantes institucionales. Que el diputado general de Gipuzkoa diga lo que está diciendo es muy triste y un paso atrás.
P. ¿Declaraciones como esas no merecerían que el PNV apoyase una moción de censura?
R. Sería un profundo error. Ya le hemos hecho suficientemente entre todos el caldo gordo como para que ahora le pongamos en bandeja otra ocasión para hacer más victimismo. Tenemos que ser muy duros y exigentes con Garitano para acordar cosas si no ponen antes los puntos sobre las íes. Ahí nos debemos situar todos los partidos, más allá del ruido de una moción de censura.
P. ¿El 22-M fracasó el discurso más soberanista del PNV?
R. No. Fueron unas elecciones con mucho ruido. Muchísima gente votó más con el corazón que con la cabeza, y es legítimo. No creo que hubiese ni un castigo al PNV, ni al ala más soberanista; hubo una reacción temperamental. Seguramente muchos de los que lo hicieron ahora se pensarían su voto. Pero no extrapolaría consecuencias hacia el PNV.
P. Su partido se halla en la situación de menor poder de la democracia.
R. De la historia, sí. Hubo una época en que estuvimos así o peor tras la escisión. El PNV ya sabe lo que es hacer el acordeón del poder. Ahora lo hemos demostrado también: no estando en Ajuria Enea, condicionar la vida política y, hasta cierto punto, gestionar el país usando otros instrumentos en los que el PNV sí tiene fuerza, como nuestra relación en Madrid o nuestra presencia en las Diputaciones, ahora mermada. Estamos en un momento de tránsito en la política vasca. Va a haber una recolocación en el momento posETA y el panorama para el PNV va a ser mejor en dos años.
P. En esa recolocación va a resultar clave la lucha por la hegemonía en la familia nacionalista.
R. Va a haber una clarificación de posturas y la izquierda abertzale, por primera vez en su historia, va a tener que decirnos qué quiere hacer con la sanidad, los impuestos, la educación, la economía. Vamos a ver cómo gobierna. Cuando se integre en el sistema va a tener que demostrar lo que es, y ahí es donde creemos que va a salir su extremismo.
P. ¿Las mayorías absolutas en el Congreso son malas para el autogobierno o para la capacidad de influencia del PNV?
R. Son malas para los hechos nacionales, porque el que está en Madrid no tiene necesidad de hablar con nadie y tiene la tentación de imponer su modelo. Ha pasado con el PP y con el PSOE. Las mayorías absolutas son malas para el autogobierno vasco y para el Estado español en general.
P. ¿Qué supondría una mayoría absoluta de Rajoy?
R. Primero tendríamos que descubrir qué hay detrás de un líder que hasta ahora se ha apoyado más en los errores y dificultades del oponente que en su capacidad de propuestas. El PP debería cambiar; no es normal que sea incapaz de llegar a acuerdos con el resto del arco parlamentario. Cuando lleguen a La Moncloa, esperemos que necesiten hablar con los demás, porque eso les va a humanizar. El PP necesita una dosis de humanización tremenda.
P. ¿Si Rajoy necesita al PNV pedirán la ruptura del pacto del PP con López?
R. No se va a dar. En nuestros cálculos está que el actual Gobierno vasco durará toda la legislatura, pues a ambos les interesa que así sea. Nuestras condiciones no iban a ser de poder para el PNV, sino que creemos que ha llegado el momento de repensar el estatus jurídico y político de Euskadi.
P. ¿Qué supone en lo concreto un "nuevo estatus político"?
R. Además de una serie de materias de la vida diaria, y de clarificación de quién debe hacer cada cosa, debemos ser capaces de ponernos de acuerdo en un sistema para los casos de discrepancia en el que el acuerdo sea o bilateral o arbitrado, pero no unilateral. Y luego, todo el tema internacional.
P. Su anterior intento, el plan Ibarretxe, fracasó.
R. Fracasó en Madrid.
P. Fracasó legalmente.
R. Sí, pero en Madrid, no en las instituciones vascas. Eso es algo que no debemos perder de vista. Tenemos sobre la mesa un acuerdo del Parlamento vasco que requiere respeto. Aquel es uno de los textos básicos sobre los que tenemos que apoyarnos. Los que dijeron no estaban en Madrid, no en Euskadi.
P. Esa es la legalidad.
R. Y nosotros la aceptamos, pero tiene mucha significación que lo que se aprueba en un Parlamento no se apruebe en Madrid. Debe estar en pie de igualdad lo que se decida en Euskadi y lo que se decida en Madrid.
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