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Monte Alto arropa a la familia de los gemelos asesinados

Centenares de vecinos arropan a la familia de los gemelos asesinados - La juez envía a prisión al autor confeso del crimen, que permanecerá en la enfermería

La rabia y el dolor afloraban en todas las conversaciones al mediodía de ayer, a las puertas del cementerio San Amaro de A Coruña. Pero fue en un espeso silencio que centenares de personas se volcaron en arropar a la madre y a la abuela de Adrián y Alejandro, los gemelos de 10 años brutalmente asesinados el domingo por la tarde en su domicilio familiar del barrio de Monte Alto. Cuando los féretros entraron en el camposanto, cercano al piso en el que vivían las víctimas con su madre y su compañero sentimental, este último, Javier E. F., de 29 años, llevaba ya varias horas ingresado en prisión acusado de cometer el doble crimen. Tras tomarle declaración a última hora del lunes en el hospital de Oza donde permanecía detenido, la juez que lleva el caso ordenó el ingreso del hombre, un escayolista en paro, en el centro penitenciario de Teixeiro, sin fianza.

La cárcel aplica al preso el protocolo de prevención de suicidios

Al recluso, bajo tratamiento psiquiátrico desde hace un tiempo, según él mismo informó a la policía tras su detención, se le aplica el protocolo de prevención de suicidios por lo que estará en todo momento junto a otro compañero de celda. De momento, permanece en el módulo de enfermería de la cárcel. No transcendieron detalles de su declaración ante la juez -celebrada a última hora del pasado lunes- al estar el caso bajo secreto de sumario, según indicó un familiar de las víctimas.

Pero Javier, que llevaba nueve meses conviviendo con su compañera, Mar, de 35 años, y los gemelos de ésta, fruto de una anterior relación, ya había confesado previamente ante los policías locales y nacionales el doble homicidio. Fue él mismo quien dio la alerta mediante un llamada a la policía municipal. Los dos pequeños murieron brutal y repetidamente golpeados con un objeto contundente, al parecer la barra de un mueble de su casa, mientras su madre estaba en el trabajo, lavando platos en un mesón del mismo barrio. Según vecinos y familiares, incluido el hermanastro mayor de los gemelos, de 17 años, nada hacía presagiar esta desgracia. Javier mantenía en apariencia buena relación tanto con Mar como con los dos hijos pequeños de esta, quienes incluso le llamaban papá.

El padre de los niños también acudió al sepelio. Camarero en un bar de A Coruña, se enteró un día después de que el brutal asesinato que acaparaba las portadas de todos los medios de comunicación era el de sus hijos. Llevaba unos cinco años sin verlos en cumplimiento de una orden de alejamiento. Alumnos del colegio de Monte Alto al que acudían los pequeños así como el equipo de gobierno municipal, encabezado por el alcalde en funciones, Julio Flores, también acudieron al entierro. Por la tarde se celebró el funeral.

La conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, explicó que no había ninguna queja a los servicios sociales por la situación de la familia.

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GABRIEL TIZÓN

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