Las autonomías del PP abanderaron el final del tributo
Aguirre fue la primera en eliminarlo en la Comunidad de Madrid
El PP fue el abanderado en el debate sobre la rebaja del impuesto del patrimonio, transferido a las Comunidades Autónomas, hasta que Zapatero decidió suprimirlo en 2008.
Fueron los populares quienes, en 2002, dieron el primer paso para eliminar este tributo al pactar con Coalición Canaria y el PNV su rebaja definitiva.
El salto de la rebaja a la supresión total lo dio la líder del liberalismo en el PP, Esperanza Aguirre. El 27 de mayo de 2007, en su discurso de investidura, la presidenta de la Comunidad de Madrid anunció su "compromiso de estudiar detenidamente" la utilidad del impuesto. Y en septiembre de ese mismo año, Madrid se convertía en la primera autonomía en anunciar su eliminación definitiva, lo que, en aquel momento de bonanza económica, suponía renunciar a 409 millones de euros de ingresos.
Los populares dieron el primer paso al pactar una rebaja en 2002
Extremadura y Cantabria, con Gobiernos del PP, quieren suprimirlo
El PSOE intentó rentabilizar la popularidad de la medida tanto a nivel autonómico -Tomás Gómez aseguró que Aguirre asumía su propuesta personal de eliminar un impuesto que consideraba "injusto y desvirtuado"- como a nivel nacional. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero adelantó por la derecha a Aguirre con una fórmula que suponía su suspensión efectiva a partir del 1 de enero de 2008. Aseguró entonces que se trataba de un impuesto "obsoleto" que afectaba demasiado a las clases medias.
La fórmula adoptada por Zapatero -técnicamente se ha establecido una bonificación del 100% del impuesto sin fijar su supresión definitiva- ha permitido al PP seguir defendiendo e impulsando la desaparición final del tributo. En las últimas semanas, el Gobierno del popular José Antonio Monago en Extremadura ha apostado por su supresión definitiva. También el Gobierno cántabro, liderado por el popular Ignacio Diego, ha anunciado su intención de eliminarlo definitivamente en las cuentas de 2012.
Antes de las elecciones autonómicas y municipales del pasado 22 de mayo y previendo el batacazo electoral, varios barones socialistas pidieron a Zapatero que recuperara este impuesto. Y el pasado 9 de julio, en su primer discurso oficial como candidato a las próximas generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, prometió volver a instaurarlo, con modificaciones, de forma que "grave a los patrimonios que realmente existen, a los que de verdad tienen grandes patrimonios, que los hay".
La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, aprovechó la contradicción aparente entre lo que proponía el candidato y exvicepresidente Rubalcaba y lo que había hecho el Gobierno Zapatero. "Rubalcaba ha perdido la poca credibilidad que tenía, si es que le quedaba alguna", dijo, "al prometer medidas que son exactamente lo contrario" de lo que apoyó en el Ejecutivo de Zapatero. "Quiso aparecer como un hombre nuevo en 30 minutos", resumió la popular el acto de proclamación de Rubalcaba como candidato, el pasado 9 de abril en la sede de Ferraz.
"Si ha habido un Gobierno que ha bajado los impuestos a los directivos de los bancos y ha eliminado el impuesto del patrimonio ha sido el del hasta ahora vicepresidente", dijo entonces. Ayer criticó el último paquete de medidas "inconexas" que el Gobierno quiere aplicar en materia económica.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.