"Las caídas te hacen fuerte"

En plena madurez, con la veteranía de siete Vueltas a España, Igor Anton (28 años; Galdakao, Bizkaia) se enfrenta a su segunda oportunidad de ganar la ronda nacional. La desgracia se lo impidió el pasado verano, cuando dio con el costillar en el suelo en Peña Cabarga. Como antes le había ocurrido en El Cordial, cuando quería encarar a Alberto Contador. Y como le ocurrió en el Tour de Francia. Quizás por todo eso su carrera más querida es el Giro, en el que este año se ha llevado una etapa. Ahora tendrá que enfrentarse a sus rivales y a sus demonios internos. La mejor forma de hacerlo, pasando por ellos.

Pregunta. Otra vez favorito, quizás más favorito que nunca. ¿Pesa eso en su ánimo?

"Mi gran problema es la contrarreloj de Salamanca. Muy larga"

Respuesta. La verdad es que sentirte o que te hagan sentir favorito quiere decir mucho. No es solo un asunto deportivo, sino que también está ahí, en el ambiente. Me hace sentirme orgulloso más que presionado y me obliga a sacar ese puntito de más que te hace ganar.

P. Le va a tocar pasar otra vez por sus lugares malditos. ¿Supone un efecto psicológico beneficioso o perjudicial?

R. Las caídas en El Cordial y en Peña Cabarga son pequeños casos que te hacen fuerte. Yo creo que en esta ocasión me viene muy bien que figuren en el recorrido. En realidad, me gusta volver a pasar por ahí y me viene muy bien. Es una oportunidad para resarcirme. Son etapas que me gustaría ganar, me gustaría hacerlo en el Angliru porque es una etapa mítica y deja poso en la historia del ciclismo. Pero no olvido que hay dos etapas en el País Vasco que me hacen mucha ilusión. Hay un factor emotivo más fuerte que el de esas etapas conflictivas en mi historial.

P. ¿Ha examinado a sus rivales? Purito Rodríguez, Menchov, Nibali...

R. Pero es que hay más. Hay jóvenes. Están Wiggins, Martin, Brajkovic... El esloveno no ganó la Vuelta a Polonia por poco. Ellos tienen que dar espectáculo. Indudablemente, ciclistas como Menchov o Nibali son candidatos naturales porque ambos son ganadores de la Vuelta. Yo no sé si estoy para estar entre los cinco primeros, para el podio o para ganar al final. Ya se irá viendo. Probablemente, a partir de la etapa que acaba en Sierra Nevada. Allí quizás no se hagan diferencias grandes, pero quizás alguien empiece a tener problemas.

P. Ha estudiado a conciencia el recorrido; lo ha preparado, analizado, visitado. ¿Dónde está el problema y dónde está el botín? ¿En qué etapas?

R. Sin duda, el principal problema para mí es la contrarreloj de Salamanca. Yo habría preferido que fuera más corta, pero es la más problemática. Son 47 kilómetros. Mucho. ¿A favor? El Angliru, mítico. Ganar allí tiene un sabor especial.

P. ¿Pero hay más finales en alto que pueden resultar definitivos?

R. Si, hay muchos. Por ejemplo, los de Valdepeñas de Jaén o El Escorial son muy explosivos. Quizás no tienen el desnivel que mira la gente, pero son explosivos, para marcar diferencias. Y está La Covatilla, que también es exigente. No puedes confiarte nunca. Ni estás libre de un pinchazo, de una incidencia...

P. La desgracia le persigue hasta en el pensamiento.

R. No. Es que el ciclismo es así, impredecible. No conviene confiarse.

P. Todo anuncia un duelo hispano-italiano.

R. Los ciclistas italianos son peligrosos. Nibali ganó la pasada Vuelta y Scarponi es también un corredor peligroso. Sin duda alguna, son muy buenos competidores.