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Reportaje:Laboratorio de ideas | Breakinviews

Hay volatilidad para rato

Siguen amontonándose las malas noticias para los mercados

El temor a un desastre causado por una secuela en la eurozona del hundimiento de Lehman Brothers ha afectado a las Bolsas, a los bonos y a casi todos los demás mercados. La acción del jueves siguió la misma pauta. Los índices bursátiles europeos y estadounidenses cayeron hasta un 6%, mientras que los bonos del Tesoro y el oro, que son seguros, aumentaron. Hasta que los responsables políticos y los fundamentos no resulten convincentes, la volatilidad mundial seguirá siendo elevada.

La desalentadora cumbre de esta semana entre el presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel, seguida por la noticia del jueves de que la Reserva Federal puede estar preocupada por la financiación de las entidades crediticias europeas, contribuyeron a reavivar la clase de temor que ha hecho que el índice S&P 500 cayera, subiera y volviera a caer en una horquilla de 100 puntos desde el 4 de agosto. Mientras tanto, un nuevo máximo del oro y un nuevo mínimo de la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense pusieron de manifiesto lo desesperados que están algunos inversores por evitar la volatilidad.

Los datos económicos estadounidenses poco halagüeños no ayudaron nada. La Reserva Federal de Filadelfia informó de un desplome de la actividad industrial regional, mientras que la venta de viviendas construidas cayó todavía más. Estas cifras sirvieron para recordar una vez más que, incluso dejando a un lado el posible daño económico causado por los problemas de la deuda europea, la economía más importante del mundo está avanzando a trompicones. En estos momentos, tanto la Casa Blanca como la Reserva Federal andan escasas de opciones factibles capaces de estimular el crecimiento.

Esta falta de una red de seguridad adicional coherente como la que se puso en práctica después del desastre de Lehman en 2008 debería hacer que los mercados financieros se mantuvieran inestables mucho más allá de agosto, un mes en el que tradicionalmente hay pocos días de operaciones bursátiles. El índice VIX, que mide la volatilidad del S&P 500, aumentó en más de un 30% hasta alcanzar el 40% el jueves. Se detuvo justo antes del pico de principios de mes, y muy por debajo de los niveles de la crisis de hace tres años, pero sigue estando muy por encima de lo que era normal antes de la crisis.

Unos datos económicos poco convincentes con tendencia a la inestabilidad, que han provocado que la Reserva Federal de Nueva York y los bancos de inversión rebajen sus previsiones estos últimos días, bien podrían provocar más vaivenes en los mercados. Pero entre los posibles detonantes se incluyen tanto la alarma de los bancos como el hecho de que los líderes políticos no tomaran decisiones difíciles y se ciñeran a ellas. La reciente volatilidad que atenaza los estómagos es terrible para muchos inversores. Por desgracia, puede que necesiten tener el Alka-Seltzer a mano durante un tiempo.

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