"Me gusta llamarlo obsesión"

A tenor del movimiento de sus fauces, LeBron James mastica chicles gigantes, acordes con su imponente físico, 2,03 metros y 113 kilos de pura fibra. Relajado y cortés, quitó importancia al cansancio del viaje promocional que empezó en China y finalizará en Londres pasando ayer por Barcelona, ciudad que visitó por primera vez. El icono de una de las firmas deportivas más importantes del mundo, con la que firmó su primer contrato por tres años y 90 millones de dólares, unos 62 millones de euros, cuando tenía 18 años y no había debutado en la NBA, persigue, ocho temporadas después, el objetivo para el que fue señalado con apodos inequívocos como El Rey o El Elegido.

Después de siete infructuosos cursos con Cleveland y del autopublicitado fichaje por Miami que le ha acabado de situar, según una reciente encuesta, como el jugador de baloncesto más odiado en Estados Unidos, LeBron no se quita las pulgas de encima. "Ahora mismo, conseguir el anillo lo es todo para mí. Es el objetivo que tengo cuando trabajo, mi pensamiento está siempre en conseguirlo. Es lo único que se me escapa y efectivamente, me gusta esa palabra, me gusta llamarlo obsesión".

"Quiero mejorar. Estoy convencido de que aún no se ha visto lo mejor de mí"

LeBron cumplirá 27 años en diciembre. La comparación con Michael Jordan es recurrente. Le conviene. Porque Jordan, el más grande de todos los tiempos, logró el primero de sus seis anillos con los Bulls de Chicago en 1991, en su séptima temporada en la NBA, cuando tenía 27 años. La duda en este momento es si siquiera habrá empezado la temporada cuando LeBron celebre su aniversario. Se mantiene el lockout, cierre patronal, por la falta de acuerdo entre los clubes y el sindicato de jugadores.

Da la impresión de que LeBron no se plantea ni por asomo que se suspenda la temporada. "Soy realmente optimista y creo que los clubes y los jugadores llegaremos a un acuerdo. Ambas partes aman este deporte y por eso creo que se llegará a una solución, que es lo que se merecen los aficionados". Consecuente con ese planteamiento, la estrella de los Heat rechaza la posibilidad de fichar provisionalmente por un club ajeno a la NBA. "Hasta que llegue el posible momento de una cancelación de la temporada, no me planteo nada más que la NBA. Cuando llegue ese momento volveré a evaluar la situación. No escucho ofertas de ninguna parte".

Aludió de nuevo a lo que comentó tras caer ante Dallas en la última final: "Quiero seguir mejorando como jugador y como persona. Estoy convencido de que aún no se ha visto lo mejor de mí".

Alabó a Gasol -"uno de los mejores cuatros de la NBA"- y a Navarro, y se refirió a los Juegos Olímpicos del próximo año y a la posible revancha de la final que Estados Unidos y España disputaron en Pekín. "Para nosotros, lo primero es llegar a la final, eso es lo que queremos. España es, por supuesto, un gran equipo al que respetamos muchísimo, pero también habrá otros buenos equipos. Para nosotros ya es un gran desafío competir en Londres. Serán unos Juegos increíbles".

No pasó la oportunidad sin que le preguntaran por el equipo de fútbol del Barcelona. En ese aspecto, LeBron no deja la menor duda. No es un apasionado del fútbol, pero es socio del grupo propietario del Liverpool, Fenway Sports Group (FSG). "La verdad es que soy aficionado del Liverpool. Me gustaría que algún día estuviera arriba, entre los mejores, como el Barça. El Barça es un equipo increíble. Tiene unos jugadores impresionantes. Espero que algún día podamos llegar a su nivel y competir con ellos". Pocas horas después de pronunciar estas palabras, LeBron se acercó a la Ciudad Deportiva del Barcelona y saludó a Messi y al resto de componentes de la plantilla azulgrana.