Tiempo muerto en la Liga
Clubes y jugadores se emplazan a nuevas negociaciones y peligra la segunda jornada del torneo
Cuatro horas no fueron ayer suficientes para evitar la primera huelga del fútbol español en 27 años. Es el tiempo que estuvieron reunidos en la sede de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), en Madrid, los representantes de los clubes y de los jugadores, de la patronal y del sindicato, intentando acercar posturas sin conseguirlo. Así que las partes se reunirán otra vez hoy, y de nuevo el lunes, según el calendario acordado, para intentar evitar que el paro se alargue a la segunda jornada del campeonato, pero dan por perdida, o aplazada, aún no se sabe, la primera.
"No va a haber jornada", aseguró rotundo el presidente de la LFP, José Luis Astiazarán sobre las tres de la tarde. "Ahora mismo las posturas siguen muy distantes", añadió luego por su parte Luis Gil, el portavoz de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
La federación avisó el jueves a los árbitros de que no debían viajar
El desenlace era previsible. Y no solo porque hay un abismo entre la pretensión de la AFE de que los clubes paguen los 50 millones de euros que deben a sus jugadores y de que desciendan los morosos, frente a la propuesta de la LFP de crear un fondo condicionado de 40 millones en cuatro temporadas para ir haciendo frente a esa deuda. También porque era materialmente imposible sacar todo el jugo a la maquinaria de la quiniela empezando a vender el boleto de la jornada el viernes por la tarde. El año pasado en la primera jornada la quiniela recaudó algo más de 7,8 millones de euros.
Sin fútbol a la vista, la preocupación ahora es qué pasará con esta jornada, que incluye partidos tan jugosos como Real Madrid-Athletic, Málaga-Barcelona, Betis-Sevilla y Real Sociedad-Atlético.
Aunque ninguna de las partes quiso hablar de la posibilidad de un campeonato de 37 jornadas, en lugar de las 38 normales, está claro que para la LFP sería penoso renunciar al porcentaje que le corresponde de la quiniela o arriesgarse a recibir reclamaciones de las televisiones por sus contratos televisivos o de los aficionados por sus abonos de temporada y entradas para los estadios.
La Federación, que se había mantenido al margen del conflicto entre la patronal y el sindicato de jugadores, avisó el jueves a los árbitros de que no viajaran y anuló los desplazamientos previstos, sus dietas y las reservas de hotel. Según la AFE, lo hizo a instancias de la LFP, algo que negó Astiazarán, su presidente. Para el sindicato esta práctica, como la de pedir a los jugadores que digan con antelación si decidirán jugar o no, es contraria al derecho de huelga. Además, la patronal estará pendiente de si los clubes han contratado la seguridad y el personal para que los estadios estén abiertos y no se vulnere el citado derecho.
Astiazarán repitió un par de veces en su comparecencia ante los medios que "la Liga respeta absolutamente el derecho de huelga de los futbolistas". Así que no habrá árbitros que levanten acta de la incomparecencia de los equipos -el reglamento dice que si un club no se presenta se le castiga con tres puntos-, tal vez para facilitar el aplazamiento de la jornada.
Y se podría dar la paradoja de que se descontara el sueldo de los cuatro días de huelga a los jugadores, como ya han anunciado varios equipos, y luego se llegara a un acuerdo para disputar la jornada, por ejemplo en diciembre. Pero esta cuestión se verá más adelante. Ahora lo que está en juego es salvar la segunda jornada y no apretar más un calendario de por sí estrechado hasta el extremo por la disputa este verano de la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012.
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