La aventura de filmar en la selva
A pesar de la efervescencia tecnológica, la producción cinematográfica en la Amazonia supone un desafío constante. A través de la ficción y de los documentales, diversos realizadores dan forma a su enfoque de los fenómenos locales, soltando las amarras del regionalismo exótico para ir en busca de la universalidad inherente al lenguaje cinematográfico. Podemos considerar que todo realizador del Pará (Brasil) es esencialmente un cabezota. La lucha por las condiciones de producción y distribución transforma cada proceso de realización en un arduo trabajo de pasión y supervivencia. Obviamente, eso significaría muy poco si en la base de las obras no hubiese la sensibilidad estética y la inventiva necesarias para constituir un cine paraense mayúsculo, libre de la muleta de la histérica indulgencia regionalista.
Una ojeada a la producción más reciente del cine paraense revela producciones emblemáticas como Lendas Amazônicas (1997-1998), guión y dirección de Ronaldo Passarinho; O shot da bota, guión y dirección de Flávia Alfinito; Mulheres choradeiras (1999-2000), guión adaptado y dirección de Jorane Castro; Açaí com Jabá (1999/2000), de Alan Rodrigues y Waleriano Duarte; Quero ser anjo (2001), guión de Clemente Shwartz y dirección de Marta Nassar, y Chama Verequete (2002), guión y dirección de Luiz Arnaldo Campos y Rogério Parreira.
Son muchas las curiosidades sobre la llegada del séptimo arte a la Amazonia y de la manera en que dicho arte se instaló en ella. No hacía ni diez años de la invención del cine, en 1895, cuando ya teníamos proyecciones de las primeras películas en Belém. Aparte de eso, algunos "amazónicos" se apasionaron por el nuevo arte e intentaron, aunque con muchas dificultades, desarrollar una producción de cine regional. Han sido muchos los aventureros extranjeros que han desembarcado en la ciudad en busca de imágenes y han acabado afincados aquí. En el centro de esta trayectoria está un paulista, Líbero Luxardo, que llegó a Belém en 1939. A pesar de las dificultades técnicas, fundó Amazônia Filmes dejando una huella definitiva en la historia del cine en la Amazonia.
En la década de 1950 comenzaron a formarse los primeros grupos de realizadores, críticos y estudiosos del tema. En aquellos tiempos era motivo de asombro para extranjeros o sureños que atracaban en Belém saber que aquí había un grupo de personas en plena experimentación y discusión cinematográfica. Veinte años más tarde, en la década de 1970, fue el momento de la generación Súper 8, que hizo con esta cámara experimentos distintos y revolucionarios.
En lo que respecta a los extranjeros, fueron muchos los cineastas que pasaron por Belém y escogieron la ciudad como localización de sus filmes. En 1946, Frank Buck estuvo por aquí filmando un documental de ficción titulado Jacaré, que después recibió el título de O Assassino do Amazonas. Curt Siodmak realizó Curuçu y Escravo do Amor das Amazonas. Pueden citarse otros muchos títulos, como Amazônia Indomabel, Flechas de Fogo, O Fim do Rio. En los años ochenta, la ciudad de Belém se convirtió en localización de producciones nacionales e internacionales, como Floresta de Esmeraldas, de John Borman; Jugando en los campos del Señor, de Hector Babenco; Iracema, una producción transamazónica de Jorge Bodansky; Bye Bye Brasil, Ele, O Boto, O semeador de Felicidade, Romeo e Julieta y Lambada. La mayoría de estas películas mostraba una Amazonia irreal, con características y códigos completamente caricaturizados.
En este escenario desempeña un papel fundamental el Festival Panamazónico de Cine, que este año celebrará su tercera edición. El Amazônia Doc impulsa la reflexión y el debate sobre el fomento, la difusión y la producción audiovisual, contemplando la producción en las diversas "Amazonias" y profundizando en cuestiones sociopolíticas y de fomento de los medios audiovisuales.
Zienhe Castro dirige el Festival Panamazónico de Cinema, de Belém do Pará. amazoniadoc.com Traducción de News Clips.
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