La visita del Papa a Madrid
Me llama la atención, en estos tiempos de crisis, los ataques a la visita del Papa. No voy a entrar en asuntos espirituales. En España se organiza un evento al que acudirán alrededor de dos millones de personas de todo el mundo. Más que a unas olimpiadas o a un mundial de fútbol. La mayoría de los gastos corren por cuenta de los participantes y está documentado que es así.
Es fácil imaginar los ingresos extraordinarios que España en general y Madrid en particular van a recibir. Y la promoción internacional que supone la celebración de un encuentro de este tipo.
Sin embargo, los sindicatos amagan un paro en el transporte metropolitano; en los días previos se habla de una huelga en los aeropuertos; Tomás Gómez (PSOE de Madrid) se queja de que se les facilite a los visitantes el transporte por la ciudad; se organizan marchas contra el viaje apoyadas incluso por los del 15-M, que se supone que sufren desesperadamente por la situación económica. Una bocanada de aire fresco, en forma de mucha entrada de dinero, visitantes y promoción que, por motivos ideológicos, se intenta desacreditar.
Si yo fuese comerciante o pequeño empresario estaría encantado pensando en la caja que puedo hacer en los próximos días. Si fuese político pensaría en la publicidad para el país o ciudad que represento y si fuese un desesperado económico me alegraría de una posible gallina de huevos de oro al menos durante unos días. Sin embargo, hay gente a quien le molesta mucho este viaje ¿Alguien me puede explicar esto?
