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La crisis financiera | La respuesta política

Zapatero: "Un importante avance" para la eurozona

La compra de deuda italiana y española por el BCE abarata la emisión de letras por el Tesoro

Manuel V. Gómez

El Gobierno español aplaudió ayer raudo las propuestas de los dos países que marcan el paso en la Unión Europea y en la eurozona. "Suponen un importante avance para la unión económica de la zona euro", valoró el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre el anuncio que habían hecho minutos antes la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Las palabras de Zapatero llegaron tras el encuentro que mantuvo con su jefe de Gabinete, José Enrique Serrano; la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, y el ministro de Fomento, José Blanco, en La Moncloa. En la reunión se siguió el desenlace de lo que sucedía en París y se preparó el Consejo de Ministros del próximo viernes en el que se adoptarán medidas encaminadas a reducir el déficit, entre ellas un nuevo modelo del gasto farmacéutico y un adelanto en el impuesto de sociedades con las que espera obtener unos 5.000 millones para este ejercicio.

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La declaración de La Moncloa obvió que Sarkozy y Merkel rechazaron la creación de eurobonos (títulos de deuda europeos), pese a que Salgado había dicho por la mañana que era "una buena idea", si bien no era el momento, en una entrevista con la cadena SER.

En la misma entrevista, Salgado se mostró satisfecha con el resultado de la subasta de deuda celebrada ayer. En ella, la ministra de Economía reconoció que esto tenía mucho que ver con la intervención del Banco Central Europeo en los mercados de deuda la semana pasada: "Ha sido muy importante [la intervención del BCE]".

La subasta de ayer era la primera tras la compra del BCE de bonos españoles e italianos por unos 22.000 millones de euros la semana pasada. Esta irrupción propició la caída de la prima de riesgo -la diferencia entre los intereses que paga por endeudarse Alemania y el país de referencia- desde los máximos marcados hace una semana (400 puntos básicos). Ayer, sin ir más lejos, la española quedó en 267 puntos básicos.

Esto lo notó el Tesoro público. Subastó casi 5.700 millones de euros en letras a 12 y 18 meses. Y en ambos casos, los intereses respecto a colocaciones anteriores bajaron considerablemente después de tres meses consecutivos de subida.

El Ministerio de Economía ha querido aprovechar la coyuntura creada tras la intervención del mercado de deuda por el BCE. El viernes había anunciado que intentaría lograr entre 5.000 y 6.000 millones entre las dos subastas, una cantidad inusualmente alta. Lo consiguió. Ayer captó 4.154,92 millones en letras a 12 meses, y 1.541,28 a 18 meses.

Además, la intervención del BCE forzó la caída de los precios. Para los títulos a un año, el interés marginal (el más alto de la subasta) quedó en el 3,4%. En julio el Tesoro tuvo que pagar un 3,91% por el mismo plazo. En el caso de las letras a 18 meses, el interés marginal fue del 3,65%, frente al 3,98% de la ocasión anterior.

Esta caída, esperada, de la rentabilidad provocó que la demanda cayera. Pese a que la petición de letras a 12 meses duplicó la emisión y la de a 18 meses, la triplicó, lo cierto es que en ambos casos la demanda disminuyó sobre subastas inmediatamente anteriores. Por ejemplo, en julio, las peticiones de títulos a un plazo de año y medio quintuplicaron la oferta. La traducción de todas estas cifras es que los inversores no ven un riesgo real de que España se viera abocada a suspender pagos, al menos en los próximos 18 meses.

"No ha ido mal", valora Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales, que pese al resultado de ayer recuerda que la situación del mercado dista mucho de ser normal y países como España e Italia se ven obligados a pagar un sobrecoste excesivo frente a otros como Alemania cada vez que acuden al mercado.

Salgado, durante una reciente comparecencia.
Salgado, durante una reciente comparecencia.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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