Merkel y Sarkozy lanzan un Gobierno económico para salvar el euro
Alemania y Francia proponen un Consejo Europeo, una tasa sobre las transacciones financieras e incluir en las Constituciones la disciplina fiscal
A grandes males, grandes remedios. El asedio de los mercados en las últimas semanas a España e Italia ha llevado a la zona euro en los límites de resistencia. Francia y Alemania han querido poner un dique de contención con propuestas de calado y un calendario concreto, que suponen cimentar las bases de la eurozona por los flancos más débiles, la gobernanza económica y la austeridad fiscal. Si esas ideas no se adoptan entre los socios, los dos países las aplicarán igualmente. Y si los mercados echaban de menos una autoridad en la eurozona, ayer el presidente Sarkozy y la canciller Merkel hicieron toda una exhibición.
Al término de una reunión muy esperada, de unas dos horas, en El Elíseo, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel comparecieron para declarar su intención de crear "un verdadero Gobierno económico europeo" que "devuelva la confianza en los mercados" y que supondrá "una nueva fase de colaboración en la eurozona", según la canciller alemana. "El euro sigue siendo nuestro futuro, es el fundamento de nuestra prosperidad", señaló el mandatario francés.
Ambos países acuerdan unificar el tipo del impuesto de sociedades
El presidente francés cree que no es el momento de los eurobonos
La primera medida consiste en la creación de un Consejo Europeo formado por los jefes de Estado y de Gobierno de los 17 países miembros de la eurozona, que se reunirá al menos dos veces por año y más si necesario. El grupo contaría también con un presidente permanente, por un periodo de dos años y medio, que se convertiría previsiblemente en una suerte de portavoz de la moneda común. Merkel y Sarkozy, que no detallaron el papel de dicho gobierno, proponen para el puesto al actual presidente el Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. La propuesta será enviada esta misma mañana por carta al propio Van Rompuy. En la actualidad, el papel de coordinación de la política económica lo desempeña el eurogrupo, formado por los ministros de Finanzas de la zona euro. Se trataría de elevar el rango para que las decisiones sean más ágiles.
La segunda medida es el establecimiento de la denominada "regla de oro" del equilibrio presupuestario. Ello supone que las Constituciones de cada país incluyan un compromiso de disciplina fiscal, al estilo del que figura en la norma alemana. Merkel remachó que se trata de poner "un freno a la deuda". A juicio de los dirigentes, la iniciativa lanzaría un mensaje fuerte a los mercados de la voluntad de las economías de sanear el estado de sus finanzas. Para esto también los líderes europeos proponen un calendario claro, dado que esperan que los 17 países de la zona lo adopten antes del verano del año que viene.
La ley fundamental germana limita al 0,35% del PIB el déficit del Gobierno federal en 2015 y lo prohíbe para los Gobiernos regionales (länder) a partir de 2019. En Francia, Sarkozy quiere presentar la medida para votación en otoño en su propio Parlamento, en el que la oposición socialista ya ha avisado de sus reticencias.
Además, Alemania y Francia van a trabajar juntos para establecer un impuesto sobre las transacciones financieras que será presentado al resto de los socios europeos durante el mes de septiembre. Se trata para Merkel de "una necesidad evidente", pero a la que algunos países, como el Reino Unido, son reticentes. Aunque no dieron más detalles, el impuesto emularía a la denominada tasa Tobin. La idea ha rondado en todas las cumbres europeas sin que hasta la fecha nadie haya sido capaz de concretarla. La suma conseguida podría ser destinada a algún tipo de fondo europeo de ayuda.
Además de estas propuestas en el ámbito de la zona euro, Francia y Alemania pactaron reforzar su propio gobierno económico con dos medidas. La primera consistirá en una armonización del impuesto de sociedades de los dos países (el 33,3% en el caso de Francia y el 29,41% en el de Alemania), decisión que se tomará en un consejo conjunto a principios de 2012. La segunda es el compromiso a coordinar y establecer políticas presupuestarias comunes previas a la aprobación de sus cuentas en los respectivos Parlamentos.
El mandatario francés reiteró la voluntad "completa" de ambas potencias de "defender el euro y de asumir las responsabilidades particulares en Europa de Alemania y de Francia". Con este plan, París y Berlín pretenden dar un verdadero nuevo impulso a la zona euro, destinado a una mayor integración y coordinación. De hecho, pese a los anuncios realizados en los últimos días por algunos políticos, sobre todo en la capital alemana, tampoco se descarta del todo la emisión de eurobonos por diversos analistas y políticos.
"Puede que algún día" se creen estos bonos, que equivaldrían a mutualizar la deuda de toda la zona euro, concedió Sarkozy, durante la conferencia de prensa. Pero en cualquier caso se trataría del "resultado de un proceso de integración, en ningún caso de una condición previa", insistió. "Me da la sensación de que quienes abogan por estos eurobonos son los mismos que quisieron crear el euro sin un gobierno económico que lo respalde", dijo.
Tampoco se aumentará de momento la cuantía del Fondo Europea de Estabilidad Financiera, dotado ahora de unos 440.000 millones de euros, cantidad considerada suficiente por los dos líderes.
Esta minicumbre, prevista desde julio, se celebró en un clima especialmente tenso, después de días de extremo nerviosismo en los mercados. Habrá que esperar a la apertura de las Bolsas europeas esta mañana para comprobar si la voluntad de actuar en común y de dar un verdadero respaldo a la zona euro habrá convencido, dado que los anuncios se realizaron después del cierre del miércoles. El euro, sin embargo, retrocedía frente al dólar, después de conocerse las medidas.
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