Sangre, sí; tacos, no
La última entrega de 'Gears of war' es la más violenta
Si quieres sangre, compra Gears of war 3. Por 60 euros la tercera entrega de este título de la consola Xbox 360 da más sangre y más violencia que ningún otro. Eso sí, el sexo está prohibido, y los tacos se pueden eliminar si hieren la sensibilidad del consumidor.
Con 13 millones de copias vendidas de las versiones anteriores y un récord de reservas (1,2 millones) antes de salir a la venta, Gears of War 3 cerrará la saga.
Rod Ferguson, productor ejecutivo del videojuego, tiene una sensación agridulce: "Es un orgullo llegar a este punto con tanto éxito, pero creíamos que era lo justo: acabar en lo más alto, lo contrario sería traicionar a nuestros fieles". El juego se puede practicar de varias formas: competición, arcade, y, el más interesante, el de la misión.
"Entiendo que comprar un juego es una decisión que implica un desembolso, por eso me interesa que puedan usarlo durante mucho tiempo y de varias maneras", añade el productor. En cualquier caso, la inmersión es total. La sensación de control se tiene desde la propia introducción: Marcus, el protagonista, tiene un mal sueño: su padre, supuestamente muerto, le ronda en la cabeza. Pronto debe abandonar la nave y emprender la misión final con los habituales compañeros de escuadra.
A pesar de lo cuidado de los gráficos, con un detalle de cine, Ferguson cree que sin argumento no hay nada que hacer: "Por eso contamos con Karen Travis, autora de superventas de ciencia-ficción, para tener una historia con enganche. Nadie conoce como ella la creación de personajes y la narrativa del cómic", dice.
El guión está tan cuidado que no es necesario conocer los anteriores Gears of War. Se da la suficiente información como para conocer la historia y, a la vez, no aburrir al jugador veterano.
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