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Gente

Cambio de palacio en verano

Las familias reales disfrutan de enclaves privilegiados para sus vacaciones

María Porcel

Las casas de verano. Esos lugares de escapada donde las familias de medio mundo pasan sus días de asueto. En la misma ciudad, en la sierra, en el pueblo, en la playa... Comiendo tortilla hecha por la suegra o jugando con los sobrinos. El estilo de las familias reales, también de medio mundo, no es tan campechano, pero sí es cierto que suelen pasar sus veranos en segundas residencias cuidadosamente seleccionadas. Del Marivent mallorquín a la Toscana, de la campiña belga a las islas de Noruega, he aquí algunos de los refugios de la realeza.

- Siempre Mallorca. El palacio de Marivent, en Mallorca, está más que consolidado como destino estival de la familia real española. El rey Juan Carlos ya pasaba veranos regateando en la isla cuando era príncipe. La Diputación insular se lo ofreció, en 1973, y desde entonces se alojan allí. Las obras de rehabilitación del edificio fueron supervisadas por la reina Sofía, que siempre se desplaza a la isla, este año antes que el resto de la familia. Por allí han pasado desde Carlos y Diana de Gales (que veranearon allí con unos pequeños Guillermo y Enrique a mediados de los ochenta) a la estadounidense Michelle Obama con sus hijas el pasado verano.

Los monarcas suecos se refugian en una reserva donde trabajó Linneo
La reina Fabiola tiene un gran apego sentimental al castillo de Ciergnon

- Campiña escocesa. Lo de Balmoral viene de lejos. Es la residencia (de las muchas que tiene repartidas por las islas Británicas) favorita de Isabel II de Inglaterra. También lo fue de su tatarabuela, la reina Victoria, que pasaba allí largas estancias con su amado Alberto. A la actual soberana le entusiasma cazar en sus 50.000 hectáreas de terreno. Eso hacía cuando falleció Diana de Gales en agosto de 1997. Entonces, los muros del castillo escocés se llenaron de flores y homenajes que obligaron a la monarca a regresar a Londres, en el que ella misma denominó su annus horribilis.

- El refugio de Fabiola. En verano, la familia real belga cambia su céntrico palacio de Bruselas por el castillo de Ciergnon, a 100 kilómetros de la capital. Allí, los reyes Alberto y Paola y sus herederos, Felipe y Matilde (acompañados por sus cuatro hijos), practican diversos deportes en este clásico castillo de piedra con cuatro picudas torres en las esquinas. La fortaleza pertenece al Estado, que cede su uso a la familia real belga. El castillo tiene importancia sentimental para la reina Fabiola: allí la presentó Balduino ante la prensa, en septiembre de 1960, nada más prometerse.

- Al sol italiano. Desde hace años, la familia real holandesa pasa sus veranos en la Toscana, en Italia. La reina Beatriz acude a su casa en la localidad de Tavarnelle. Su madre, la reina Juliana, tenía una casa en Porto Ercole a unos 170 kilómetros al sur de la actual, El Elefante Feliz. Allí navegaban en el velero El Dragón Verde, regalo de boda del pueblo holandés a Beatriz (que se casó con el príncipe Claus en 1966), informa Isabel Ferrer. Los herederos Máxima y Guillermo pasan temporadas en Argentina, tierra natal de la princesa.

- Reyes, sur. Herederos, norte. El lugar habitual de veraneo de la familia real danesa es el castillo de Gråsten, al sur de Dinamarca (frontera con Alemania), a 250 kilómetros de la capital. Allí veranean desde que en 1935 el Estado permitió su uso a los reyes Federico e Ingrid. Tras la muerte de esta, en el año 2000, lo disfruta su hija, la reina Margarita. Allí suele posar cada año para los fotógrafos junto a sus hijos y nietos. Tanto el jardín del castillo, de estilo inglés, como su iglesia están abiertos al público. Los herederos, Federico y Mary, pasan parte de su tiempo en el palacio de Marselisborg (en Aarhus, al norte del país). Cuando están allí puede verse cada mediodía el cambio de la guardia real. Se puede visitar su jardín cuando no está habitado.

- Suecia: una isla reserva natural. Carlos Gustavo y Silvia de Suecia pasan sus veranos en el palacio de Sölliden, situado en Öland, la segunda isla más grande del país. Este tranquilo territorio tiene paisajes Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y en su reserva natural trabajó el botánico Linneo. El castillo data de finales del XVII, aunque en ocasiones los reyes optan por destinos menos clásicos y descansan en Saint Maxime, en la Costa Azul donde poseen un chalet, herencia del príncipe Bertil, tío del rey. Allí navegan a menudo en su barco, el Solaris.

- El refugio de los artistas. Cuando Mette-Marit se casó con el príncipe Haakon, heredero al trono de Noruega, le sugirió que en verano cambiasen su habitual palacio del centro de Oslo por el castillo de Oscarshall. No hay mucha distancia, cinco kilómetros, pero se encuentra en una zona residencial con acceso privado a la playa y rodeado de bosques. En pie desde 1852, se restauró en los años noventa, fue decorado por artistas noruegos para promover las artes y los oficios del país. Puede visitarse cuando la familia real no está en él. Desde 1993 los reyes también tienen como residencia oficial una casa en la isla de Magero, que diseñaron para que se fusionara con el medio ambiente. Situada en zona militar, fue objeto de ataques vandálicos en 2002.

- Entre Tánger y Tetuán. Desde su acceso al trono hace 12 años, el rey Mohamed VI de Marruecos se marcha cada julio al norte del país para disfrutar de estancias en Tánger y Tetúan. En la primera ciudad, disfruta de un palacio en la montaña; en la segunda, el monarca pasa sus días en su residencia cercana a Cabo Negro, a orillas del Mediterráneo. En ambas está garantizada la más absoluta privacidad.Aunque el rey celebra actos públicos como la Fiesta del Trono, informa Mokhtar Atitar. Este año, el mes de agosto coincide con el Ramadán, por lo que el monarca ya se ha desplazado a la capital para presidir los actos religiosos. Sin embargo, no se descarta que vuelva, sin previo aviso, a alguno de los palacios que dispone por todo el país.

La familia real holandesa, en uno de sus habituales lugares de veraneo, el palacio de Tavarnelle en la Toscana (Italia).
La familia real holandesa, en uno de sus habituales lugares de veraneo, el palacio de Tavarnelle en la Toscana (Italia).ELIOT PRESS

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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