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Entrevista:TELEVISIÓN

Elmore Leonard se pone las botas

En el ecuador de los 85 años, con un bagaje profesional nutrido de decenas de libros, relatos cortos y populares adaptaciones cinematográficas de su obra, el escritor y guionista estadounidense Elmore Leonard no siente en absoluto la tentación de poner el freno. El autor de Hombre, considerado en su tierra natal como uno de los mejores westerns de todos los tiempos, y sobre todo de legendarios títulos de novela negra ha cultivado ambos géneros a lo largo de casi seis décadas de exitosa carrera. Aunque fue la atención de Hollywood la que propulsó su nombre hasta dimensiones estelares. Si tantas de las criaturas concebidas por su pluma acabaron cobrando vida en la gran pantalla, Leonard admite sin embargo que no siempre lo hicieron con la mejor fortuna: "Porque lo que verdaderamente retrata a tus personajes literarios es cómo hablan. La trama y todo lo demás, incluso el desenlace de la historia, apenas importa".

"Las novelas de Tom Clancy son malas y aburridas, mientras que los guiones (basados en ellas) están bastante bien"

Parapetado en el sillón de un céntrico hotel londinense -cuerpo enjuto, aunque pletórico de energía-, el novelista formula esa reflexión con motivo del estreno de la nueva temporada de la serie televisiva Justified, que toma como protagonista a uno de los personajes recurrentes en su narrativa. El alguacil Raylan Givens (US Marshall, en la tradición americana), un agente de la ley contemporáneo que, tocado con el perenne sombrero vaquero, regresa a su Kentucky natal para impartir la justicia con un particular y expeditivo estilo. Por la función desfila toda una galería de villanos que siempre han sido el punto fuerte del autor. Leonard se reconoce sorprendido de haber hallado en el medio televisivo la traslación exacta del universo que destilan sus libros Pronto y Riding the Rap, así como el relato breve Fire in the Hole que inspiró a los guionistas de la serie. "El acento sureño de los personajes, especialmente el de Rayland, es extraordinario y suena tal cual lo había imaginado", manifiesta sobre esa producción de la pequeña pantalla que ha recabado estupendas críticas desde ambas orillas del Atlántico.

La segunda temporada de Justified en España se estrenó en mayo, en el canal Calle 13. "Me enviaron el primer guión basado en mi relato corto y me encantó", dice sobre el origen de una serie en la que figura como uno de los productores ejecutivos. Y que, además, le ha dado pie a concebir un nuevo libro con el personaje de Raylan Givens. "Me pagan 12.500 dólares por cada episodio, así que me dije: 'Tengo que contribuir porque siempre trabajo a cambio de mi sueldo", explica con inusitada franqueza sobre su novela número 45, Raylan, que abunda en las aventuras del alguacil y, de ese modo, ha procurado material fresco a los guionistas de la serie.

Nunca imaginó que acabaría escribiendo para la pequeña pantalla, pero se siente muy satisfecho porque "la televisión por cable tiene hoy historias y personajes francamente buenos". ¿A qué atribuye esa regeneración de la ficción televisiva? "Las grandes cadenas de Estados Unidos son en general muy aburridas y están demasiado obsesionadas en vetar el uso de ciertas palabras y expresiones. En el cable eres libre de contar lo que quieres y no te ves restringido por el lenguaje de lo políticamente correcto". Por eso el "sonido" de su escritura que tanto reivindica ha hallado en el medio a su mejor aliado.

Ese evidente entusiasmo de Leonard se trastoca en un veredicto ambiguo cuando se le inquiere sobre la predilección que ha demostrado el mundo del cine por su obra. Sus libros han sido material de películas tan taquilleras como Jackie Brown (Quentin Tarantino basó el guión en su novela Rum Punch), Un romance muy peligroso, donde la relación entre George Clooney y Jennifer López echaba chispas, o Cómo conquistar Hollywood, con John Travolta en el papel de un mafioso fascinado por el séptimo arte. Pero también de fiascos como la secuela de este último filme (Tómalo con calma) que "no respetó mis diálogos" y, a su entender, sucumbió a la tentación de un humor nada sutil. Leonard cita la adaptación de una de sus primeras historias policiales, The Big Bounce (1969), protagonizada por Ryan O'Neal, como la peor película que había visto nunca... hasta que una nueva versión filmada hace tan sólo seis años le convenció de que todavía era posible alcanzar cotas más bajas. "No conocen el sonido de mi escritura", dice sobre muchos guionistas "que se consideran escritores pero que en realidad no son tan buenos".

Él mismo ha ejercido esa labor trasladando varias de sus obras a la caligrafía cinematográfica, escribiendo guiones originales y adaptando asimismo a otros autores. "Pero hace años que lo he dejado porque ya no me satisfacía. Cuando me piden adaptaciones de mis libros, los reescribo en forma de guión, creo que para eso me pagan. Pero muchas veces quieren otra cosa y todavía no he podido adivinar qué es", dice sobre sus malentendidos con la industria hollywoodense. Al igual que tantos buenos libros dieron pie a películas de dudosa calidad, ¿cree posible ese proceso a la inversa? La respuesta es afirmativa en algunos casos: "Mire por ejemplo las novelas de Tom Clancy, que son tan malas y muy aburridas, mientras que los guiones (basados en ellas) están bastante bien...".

Aunque su actual distanciamiento de las tareas de guionista puede ser sólo temporal (no descarta firmar la adaptación cinematográfica de su reciente libro Djibouti si la directora oscarizada Kathryn Bigelow se embarca en el proyecto), Elmore Leonard sigue ante todo consagrado a sus novelas. La literatura fue una vocación temprana que nació cuando el adolescente nacido en Nueva Orleans (1925), aunque criado en Detroit, descubrió la obra y el mundo personal de Ernest Hemingway. Al ser informado de que la periodista es española, inquiere inmediatamente por esas corridas de toros que sedujeron al gran Nobel americano. Retomó la escritura tras el paréntesis de la guerra y su servicio en la Marina al sur del Pacífico, al tiempo que se ganaba el sustento en una agencia de publicidad. A su debut con The Bounty Hunters (1953) siguieron otras novelas y relatos cortos como 3:10 to Yuma, que el director Delmer Daves filmó pocos años después con Glenn Ford y Van Heflin como protagonistas. Dos estrellas contemporáneas, Russell Crowe y Christian Bale, volvieron a encarnar en 2007 a los personajes de ese western en una de las constantes de la singladura del autor: varios de sus libros han sido adaptados no sólo una, sino dos veces a la gran pantalla.

El género de las novelas del oeste define la primera etapa de Leonard, que tiene su pico cuando su quinta propuesta, Hombre, es reconocida por el Western Writers of America a principios de los sesenta. Sólo entonces se siente confiado en volcar su dedicación exclusiva a la escritura, probablemente intuyendo también los réditos adicionales de los derechos cinematográficos. El protagonista de aquel libro, un hombre blanco criado por los apaches, acabó adoptando los rasgos de Paul Newman en el celuloide.

A finales de la década, da por agotado el filón del western e imprime un giro a su carrera que, con el tiempo, lo coronaría entre los mejores autores de novela negra y policiaca del panorama anglosajón. Después de títulos como Swag, The Switch o LaBrava, protagoniza el gran salto comercial con la publicación en 1985 de Glitz, al que siguió una cadena de superventas (Bandits, Cuba Libre...). Si Hollywood siempre llamó a la puerta de Elmore Leonard, los años noventa supusieron su gran época dorada, en la que directores como Tarantino o Steven Soderbergh convirtieron las adaptaciones de su obra en grandes éxitos internacionales.

George Clooney, inspirado protagonista de Un romance muy peligroso (filmada por Soderbergh), "es uno de los pocos actores capaces de reproducir exactamente el sonido de mis diálogos", subraya Leonard con tanta convicción como sentido comercial. Porque el escritor confía en convencer a la gran estrella para que, trece años después, retome el papel del ladrón de bancos Jack Foley en una secuela de aquella cinta. Ya le ha enviado su libro Road Dogs, aunque desconoce si el artista querrá estar disponible.

A la espera de que se materialicen los nuevos proyectos cinematográficos, y sin dejar nunca de escribir, Elmore Leonard dedica estos días a la promoción de su éxito en la televiisón: Justified. -

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