España tiene la fórmula

El fútbol español mantiene su efervescencia y parece contar los torneos por victorias. Bien la selección absoluta, bien las inferiores. Parece que casi no hay Mundial o Europeo que se le resista y, desde el oro en la Eurocopa de 2008, las selecciones inferiores acumulan tantos elogios como trofeos. La unificada propuesta de juego, las individualidades al servicio del colectivo y el buen ambiente son las vías del éxito. Ayer, la sub 19 se coronó en Rumanía como campeona continental al vencer a la República Checa (2-3) en un duelo en el que tuvo que remontar dos veces - "la unión y la fortaleza mental fueron determinantes", destacó el técnico, Ginés Meléndez- y que resolvió en la prórroga con dos goles de Alcácer, del Valencia. Un laurel a añadir al Europeo sub 21 de hace un mes y al Europeo sub 17 femenino del fin de semana pasado. "Es fruto del trabajo de los clubes, que lo hacen muy bien, y los seleccionadores, que rematan la faena", conviene Vicente del Bosque, el seleccionador absoluto. Igual opina Luis Milla, que dirigió a la sub 21 en el pasado Europeo: "La federación se aprovecha del gran trabajo de los clubes, de un estilo que propusieron los anteriores seleccionadores y de las cualidades de los futbolistas, a las que nos adecuamos".

Del Bosque: "Alguno de los jóvenes ya me hace pensar si llevarle a la absoluta"

Milla: "Más que el triunfo final, tiene que quedar el estilo, la forma de jugar"

Todo pasa por la apuesta de juego, tan definida como efectiva. La posesión del balón es una imposición, el pase un argumento para desarticular a las defensas y casi siempre se presiona la salida de la pelota por parte del rival. "El estilo lo marcan los jugadores. Desechar el fútbol de Xavi, Iniesta y Cesc sería una locura. Y algo similar ocurre en las inferiores", señala Iñaki Sáez, exseleccionador de España (2002-2004) y de la sub 21. Por eso, cada entrenador de las inferiores afronta los torneos con un discurso parecido. "Debemos mantener nuestro estilo, desde la absoluta hasta abajo", subrayaba Milla antes de iniciar el Europeo. "Ser fieles a nuestro estilo", proponía hace nada Julen Lopetegui, enfrascado en el Mundial sub 20. "Nuestro juego pasa por el pase y los intercambios rápidos", remarcó Jorge Vilda, de la sub 17 femenina. Lo resume Del Bosque: "La apuesta en todos los equipos es parecida. Hay un mimetismo claro que se traslada con facilidad. El camino está marcado". Pero remarca: "Son tan importantes los buenos conjuntos como que existan individualidades".

Aunque el fútbol español ya ganó el Europeo sub 21 en 1986 y 1998, quizá el mayor éxito fue el primer y único Mundial sub 20, en Nigeria, en 1999. "Probablemente ese fuera el despegue de lo que ha sucedido después", mantiene Gabri, futbolista de aquel equipo, actualmente en el Sion, suizo. Y vuelve a lo mismo: "Pero ahora está más remarcado el estilo, una filosofía que entienden y plasman todos". Así lo certifica Dídac Vilà, integrante de la sub 21, futbolista del Milan cedido al Espanyol: "Todas las selecciones tienen la consigna y la facilidad de jugar al toque. Además, arriba existe el individualismo, donde se marcan diferencias". Y añade: "El ejemplo es la absoluta, en la que hay mucha movilidad en el centro del campo y destaca el toque rápido". Recoge el testigo Milla tras conocer la victoria de la sub 19: "Pero, más que ganar, tiene que quedar patente un estilo, una forma".

Otro aspecto que se ha mejorado en los últimos años lo desvela Sáez: "Tanto en los clubes como en la federación se ha perdido el miedo a que los jugadores estén en equipos de categorías superiores". Tesis que se explica si se atiende a la alineación de la sub 21, en la que estaban Thiago y Muniain, entre otros, que también podrían jugar con la sub 20 en Colombia. "Pero nos apañamos. Hay que repartir los equipos para que sean todos competitivos", replica Lopetegui.

Para Meléndez, coordinador de todas las selecciones inferiores y técnico de la victoriosa sub 19, hay algo más, como desveló en la Cadena SER: "Tengo un decálogo que aplico desde hace tiempo". En él hay normas claras, como que los centrales deben dormir en la misma habitación en las concentraciones, que los porteros se deben llevar bien, que no se pueden protestar las decisiones arbitrales... "La convivencia en la sub 21 y, por lo que me dicen mis amigos, en la sub 20 y la sub 19 es excepcional", apunta Vilà, "y cada uno sabe el reglamento, pues no podemos tener un calentón y estropear el trabajo del equipo con una expulsión". Milla interviene: "Venimos dando mucha importancia a la educación, a los valores, al compromiso, a la humildad y al respeto".

Pero lo que no dijo Meléndez es que existe una ley estricta que se aplica desde la época de Sáez: esta prohibida toda señal de rebeldía. "No podemos llevar a ninguno que sea demasiado temperamental. No tiene sitio por más bueno que sea. Ha habido jugadores que nos han hecho la pirula y les hemos castigado un año", revela Sáez. A veces, incluso, resulta excesiva: Meléndez retiró anoche a Muñiz la bandera de Asturias en la celebración.

Aceptadas las normas de comportamiento, el balón corre entre los pies de España y los trofeos. Parece, entonces, que el futuro exitoso, al menos en cuanto al juego, no corre peligro. "Ya hay más de uno de estos jóvenes que me gusta mucho y que me hacen pensar si llevarlos a la absoluta", expone Del Bosque, "pero es que en la selección hay demasiados futbolistas buenos...".

Polémica con la bandera asturiana