Ciscar quiere más educación concertada para superar el "desequilibrio"

El consejero de Educación y Empleo, José Ciscar, quiere superar "un desequilibrio muy importante" que hay en la Comunidad Valenciana "entre centros públicos y centros concertados", porque hablar de "más educación concertada es facilitar a los padres la libertad de elección". Así lo explica en una entrevista concedida a Efe en la que asegura que el cambio al frente de la Generalitat, con la salida de Francisco Camps y la llegada de Alberto Fabra, no va a suponer "ningún cambio" en las líneas de trabajo que se habían marcado en este departamento.

En este sentido, afirma que el Gobierno valenciano cree "deseable y conveniente un cierto reequilibrio" entre la enseñanza concertada y la pública "porque se da en otras comunidades autónomas y no parece que allí el sistema funcione mal, sino más bien al contrario".

Según el consejero, impulsar los conciertos "no implica obligar a nadie" a que vaya a este tipo de centros ni la desaparición de la educación pública, y remarca que será cuando un padre quiera llevar a su hijo a un colegio público y no pueda cuando se tendrán que "encender todas las alarmas".

En la entrevista, el consejero rechaza que apostar por esa política educativa suponga trasladar a este ámbito un modelo de titularidad pública y gestión privada que ya existe en sectores como el sanitario, y recuerda que cuando se habla "de un régimen concesional" no implica perder de vista la idea de "servicio público".

Trilingüismo

En cuanto a la propuesta que lanzó al poco tiempo de tomar posesión de su cargo de ceder suelo público para la construcción de centros concertados, indica que este es un proceso que está "en fase de estudio, lo cual no significa que no se tengan las ideas más o menos claras al respecto".

Ciscar, que ha asumido como propios todos los proyectos de su antecesor en el cargo, Alejandro Font de Mora, reconoce que el decreto sobre el plurilingüismo, que planteaba sustituir las líneas en valenciano por un sistema trilingüe en el que también tenga cabida el inglés, tendrá que sufrir modificaciones. "Partimos de un borrador de decreto, pero no está aprobado y no es ni inflexible ni inamovible", explica al tiempo que reitera su intención de "hablar" con la comunidad educativa de este tema para que cada uno de sus integrantes les traslade "cómo lo mejoraría".