El Consorcio retoma la explotación de la dársena para pagar su deuda

Buena voluntad pero pocas soluciones. Al menos de momento. La reunión mantenida ayer por el Consorcio Valencia 2007, que gestiona los usos de la dársena interior del puerto de Valencia, fue el primer paso, tras 18 meses de bloqueo, para buscar soluciones a los dos mayores problemas que afectan a la Marina Real Juan Carlos I: su deuda y la falta de actividad.

Si el mero hecho de que la reunión se celebrase fue calificado de positivo por las tres administraciones que integran el organismo (Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento de Valencia), lo cierto es que aún falta por aprobar el anunciado plan de financiación con el que hacer frente a las deudas. La más abultada, la que mantiene el organismo por el crédito ICO de 500 millones de euros (no gastados íntegramente) que firmó para sufragar las obras de acondicionamiento de la dársena para la Copa del América de 2007. Pero, además, las administraciones del PP siguen sin pagar los 24 millones de euros que deben para el funcionamiento ordinario del organismo. "El Consorcio tenía un plan para explotar la dársena y devolver el crédito pero no hubo tal explotación", constató Rita Barberá, alcaldesa de Valencia y presidenta del organismo, ignorando las disputas con el Gobierno que han dejado sin vida el recinto deportivo del puerto.

Barberá, y el secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, explicaron que el Consorcio trabajará para encontrar la forma de explotar la dársena de manera que se puedan amortizar las inversiones -para empezar, se plantea la venta de amarres- y detallaron la aprobación del presupuesto previsto para 2012, que será de 23 millones de euros.

Entre las iniciativas aprobadas está la reconversión de la dársena en "puente de enlace" para la recepción de cruceristas mientras el puerto finaliza las obras de una nueva terminal. Además, se estudiará la rehabilitación de la lonja de pescadores y los tinglados y el destino de las antiguas bases de los equipos de vela.