El cura estafador deberá entrar en prisión antes de diez días

La demostración de fuerza que el pasado día 15 hicieron el PP y la Diócesis de Ourense no dio resultados. Benigno Moure, el presidente de la Fundación San Rosendo, condenado en 2009 a cinco años de cárcel por estafar a una anciana con Alzheimer ingresada en uno de sus geriátricos, tiene que ir a la cárcel. Ni el acto multitudinario organizado por asociaciones afines al PP (entre ellas la patronal ourensana, la Cámara de Comercio y la federación vecinal Limiar) ni el recurso de súplica presentado por el letrado del cura contra el auto que la Audiencia Provincial dictó el 29 de junio, prosperaron.

Antes de diez días, Moure deberá entrar, para cumplir su condena, en la prisión ourensana de Pereiro de Aguiar. De nada sirvió tampoco la apología sobre la "gran trayectoria humana" del cura estafador que en el acto reivindicativo realizó el presidente de la Diputación, el barón del PP gallego José Luis Baltar, con el objetivo de que no cumpliera la condena. Tanto la fiscalía como la Audiencia Provincial se ratifican en la decisión de que el cura debe hacer frente a la pena a la que fue condenado.

Los magistrados tienen en cuenta el último informe de los médicos forenses en el que se precisa que las nueve patologías que le fueron diagnosticadas a Moure no son óbice para estar en prisión. El auto precisa que las alegaciones presentadas por el cura -que insisten en su estado de salud- para que se suspenda el cumplimiento de la sentencia firme del Tribunal Constitucional, ya "han sido tenidas en cuenta".

Este nuevo auto, firme, de la Audiencia Provincial de Ourense deja claro, además, que "la pena no solo cumple con la reinserción del condenado" -aspecto al que apela el letrado de Moure-, sino que tiene también otros "fines legítimos" como el de "sancionar determinadas conductas con pleno interés de influir en los destinatarios de las mismas".

Benigno Moure ha seguido presidiendo desde 2009 hasta hoy la Fundación San Rosendo pese a que la condena de la Audiencia ratificada por el Tribunal Supremo y el Constitucional lo inhabilitaba para presidir entidades. El pasado día 15, el cura asistió "emocionado", según un portavoz, tras los cristales de la sede de la Fundación San Rosendo al espectáculo ciudadano que pedía su libertad.