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A Coruña exhibe la obra gráfica del gran ilustrador Roland Topor

La Luís Seoane recoge una reveladora muestra del autor "más plagiado"

Decía que su vida corría tan deprisa que era incapaz de seguirla. Pero quizás fuese lo contrario porque no dejaba de dibujar en cualquier momento o lugar, una actividad que, afirmaba, "aceleraba el paso del tiempo". Tan abundante como variado y original es el legado del polifacético artista Roland Topor (París, 1938-1997), al que la Fundación Luís Seoane de A Coruña dedica este verano una pequeña pero reveladora exposición sobre la obra gráfica de quien Federico Fellini definía como "el último representante de los grandes ilustradores".

La muestra, según sus comisarios, Asier Mensuro y Alberto Ruíz de Samaniego, sólo recoge una parte "del inabarcable universo y la increíble multiplicidad" del creador. Suficiente para darse cuenta, a través de una selección de grabados, carteles, libros, revistas y piezas audiovisuales, de la gran versatilidad del autor "más copiado y más plagiado" del pasado siglo, como solía decir su amigo y compañero Fernando Arrabal. Con él y Alejandro Jodorowsky, Topor creó el movimiento Pánico a principios de los años sesenta, que supuso un revulsivo cultural en Francia.

A Topor, de marcado humor negro y trazo surrealista, le costaba definirse como un artista. Pero lo fue en innumerables disciplinas: dibujante e ilustrador, realizador de dibujos animados, dramaturgo, compositor de canciones, diseñador de vestuarios e incluso actor. Su estrecha relación con el cine y la literatura tiene especial relevancia en la exposición, que dará lugar al primer ensayo sobre su obra que se editará en España.

Aunque se hizo célebre como dibujante de periódicos y revistas franceses y extranjeros como Le Monde, Libération, New Yorker, Corriere della Sera, Elle o la publicación humorística gala Hara-Kiri, Roland Topor tiene una infinidad de obras como ilustrador de libros de autores de gran renombre.

También grande fue su colaboración en el cine. Autor de la aclamada película francesa de animación El planeta salvaje, que se llevaría en 1973 el premio especial del jurado del Festival de Cannes, Roman Polanski adaptó con éxito a la gran pantalla, bajo el título de El quimérico inquilino, uno de sus libros. Varios de sus carteles de películas más celebres están también expuestos en la Seoane.

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