Haciendo amigos lejos de casa
De una aventura en todoterreno por Senegal a un crucero por el Mediterráneo. Tres viajeros independientes cuentan su experiencia
Bailes en la cubierta de un crucero, compras en los coloridos mercados africanos, o seguir las huellas de un pasado lejano... Si quiere hacer todo esto y a nadie le apetece acompañarle, ¿por qué no ir con desconocidos? Tres testimonios de viajeros independientes que un día se liberaron de prejuicios y decidieron seguir sus impulsos.
Treintañeros en Lago Rosa
Silvia Rodríguez, 40 años
Cada verano la misma cantinela: ella tiene vacaciones en agosto, pero su pareja no. Un rollo. Y como a Silvia Rodríguez le van los destinos exóticos, las posibilidades de viajar con algún amigo se reducen. En 2009 no se lo pensó más y se fue a Senegal con www.yporquenosolo.com, una empresa que organiza viajes en grupo con el único requisito de viajar sin compañía. No es nada para singles o para buscar pareja. "Mi novio era escéptico", explica Silvia. "Decía, 'A ver qué tal...'; yo también tenía un poco de reparo, pero no me apetecía meterme en una agencia e irme con un grupo lleno de matrimonios y amigos... en los viajes organizadas te puedes encontrar tirado".
En Senegal estuvo nueve días con otras siete personas, todos treintañeros. De una de ellas se ha convertido en amiga: "Tienes que ir con una actitud abierta. Fuera malos rollos, porque no conoces a nadie y no vas a contar tus problemas. En el viaje te hermanas mucho. Y luego te intercambias fotos y felicitaciones en Navidad".
En Senegal mezcló aventura y cultura. Silvia se embala: "Dimos paseos en barco por el Lago Rosa, llamado así por el color de sus aguas, e hicimos excursiones en 4×4 por el desierto. Visitamos San Luis, que es una ciudad colonial y muy colorista. Vimos museos, mercados, parques naturales, manglares...". Le tocó "un guía local majísimo". No esperaba encontrarse un país tan divertido y con gente tan simpática. "Fue el viaje de mi vida", resume. Tanto, que al año siguiente repitió con www.yporquenosolo.com y se fue a Birmania. "Aquel fue un viaje más cultural. Visitamos ciudades y monasterios en la zona norte, Mandalay. Vine recargada porque la gente está en paz consigo misma y es muy tranquila y religiosa". Silvia le ha cogido el gusto a viajar sola. Este año repite con la misma empresa, pero a Escocia. "Por aquello de cambiar de aires". Con su novio se cogerá unos días en septiembre.
Ligue en alta mar
Antonio Pindado, 42 años
Hay gente pragmática, y Antonio Pindado entra en esta categoría. "No tengo pareja, y el año pasado empecé a buscar viajes para solteros", explica. Contactó con www.solterosdeviaje.com, una empresa que organiza escapadas para singles, y listo: una semana de julio de crucero por el Mediterráneo. "Mi intención era pasarlo bien, pero sabía que se prestaba al enamoramiento. Había más chicas que chicos, así que era como jugar a la bonoloto sabiendo tres números". ¿Le salió bien la jugada? Aunque Antonio no quiere ser demasiado explícito, parece que sí, a juzgar por las anécdotas que cuenta: "Tenía que bajar escondido por el barco porque una chica me perseguía...".
Le gustaron las juergas, las noches largas y el despiporre generalizado ("aunque hay gente que cree que va a encontrar el amor de su vida"), pero lo que más le emocionó fue la diversidad de destinos (Atenas, Rodas, Venecia, Dubrovnik...) y la atención "exquisita" en el barco. "Lo más cómodo es ir sin la cartera a bordo, ya que todo es gratis. Me sorprendió cuando el barco atracó en Venecia en el Gran Canal. Ese momento, al tirar las amarras y acercarte a los edificios de la ciudad, es alucinante". Ha repetido con Solterosdeviaje en otro crucero por el Caribe: Islas Caimán, México, islas Paraíso, La Habana... "Este fue más viva la virgen, con 60 personas. En las islas Paraíso, el barco se quedó lejos de la costa y unas lanchas nos recogieron a nosotros y a toda la tripulación, cocineros con ollas incluidos, para dejarnos en la playa. Allí, comiendo, bebiendo mojitos y tirado en la arena te sientes en el paraíso". A Antonio le hace gracia la idea de estar continuamente hablando con gente, ya que todo el mundo va predispuesto a un escarceo, pero también le encanta hacer escapadas él solo. "No tiene precio esa sensación de libertad al pisar La Habana y montarme en un taxi para que me lleve a los garitos auténticos de cubanos". Privilegios de un single.
Compartir 'furgo' en África une
José López, 48 años
El trabajo en una multinacional le pide a José López un chute de acción una vez al año. Hace seis fue a Namibia con Nuba (www.nuba.net), una empresa dedicada a viajes diferentes y exclusivos que tiene un departamento para viajeros independientes. "Siempre viajaba solo porque no encontraba a nadie: o no les venía bien, o no les llegaba el dinero, o no querían destinos del Tercer Mundo. Vi el viaje y vi que me coincidía. Aquel grupo salió fantástico. Fue la primera vez que estuve en África. Soy gallego y me hizo ilusión ver allí, tan lejos, a tantos pescadores de mi tierra". Nuba funciona así: reúnen a unas 12 personas (solos o parejas) que no se conocen, pero que quieren visitar un mismo destino, y días antes de partir organizan una reunión para presentar al grupo y explicar los detalles del viaje. En Namibia, José visitó parques naturales y yacimientos paleontológicos en la región de Damaraland, dio paseos en lancha para ver leones marinos y se paseó en todoterreno por el desierto.
La timidez propia de unos desconocidos que se van a tirar dos semanas de viaje duró poco: "Como las distancias eran largas, al principio íbamos en la furgoneta con nuestras botellitas de agua. Enseguida pasamos a los gin-tonics, para soportar las ocho horas por caminos de tierra donde el coche parecía que se iba a desarmar". Con la vergüenza perdida, las noches se animaban: "El mejor sitio que nos encontramos fue un bar cubano muy cachondo".
De todo esto a ser amigos, un paso: "Después de siete años, aún nos seguimos viendo cuatro personas. Con algunos he repetido viajes a otros lugares y los dos últimos años he viajado con gente que ellos me presentaron".
Este año, de nuevo, en agosto, más exotismo. Lo más probable es que, como siempre, la edad de los viajeros sea variada, aunque la mayoría se mueven entre los veintilargos y los treinta y tantos. Él, que tiene 48, se adapta. Este año toca Etiopía. De nuevo, con Nuba y en compañía de Tito Vivas, historiador, arqueólogo y experto en Ciencias de las Religiones para descubrir los secretos que rodean al Arca de la Alianza, uno de los tesoros más codiciados desde la época de las Cruzadas hasta la actualidad. Un viaje muy propio de este Indiana Jones.
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