Dulce despedida de Barrera
Barrera se despidió de su tierra. Dulce adiós. Cómplices tuvo para ello. El público, muy cariñoso, y el palco, que le envió un regalo de cortesía en forma de dos orejas. Se las cortó Barrera al cuarto. Toro bien armado y poco más. Abrió por estatuarios, clásico comienzo, y al noble pero encogido animal lo toreó con pulcritud. Muy aseada la cosa. El temple fue la mejor virtud de una faena que tuvo su particular clac. Faltó la chispa que no tuvo el noble toro, que acabó agotado. La plaza, sensible al adiós de Barrera, se sumó a la fiesta. El presidente, también. Con el primero, el de más cuajo de una corrida correcta, no se encendió la mecha. Apagado pronto el noble toro, permitió a Barrera andarle cómodo.
Domecq / Barrera, Cid, Luque
Toros de Juan Pedro Domecq, correctos de presencia. Nobles.
Vicente Barrera: media (silencio); estocada (dos orejas). El Cid: estocada desprendida (oreja); pinchazo, entera y descabello (saludos). Daniel Luque: entera pasada (palmas); entera (silencio).
Plaza de Valencia, 21 de julio. 6ª de abono. Media.
Muy alegre el segundo, al que El Cid se lo llevó por derechazos sin probatura alguna. Por ese lado le anduvo a gusto El Cid. Respondía el toro con embestida larga y el sevillano lo aprovechó. No fue lo mismo por el otro lado, por donde los tornillos de la faena no se ajustaron. En el descuento, esa labor acabó por perder lustre. También muy noblote el quinto. Siempre a la voz, se aligeró El Cid y recurrió a los efectos para poner de su lado a la gente.
Mucho ruido y ninguna nuez en la faena de Luque al tercero, que no tuvo ni chicha ni limoná. Le dieron de lo lindo al bonito jabonero que hizo sexto y Luque y el toro pactaron no atacarse.
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