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Reportaje:Teatro

Segismundo en Guantánamo

Almagro Off premia arriesgadas apuestas escénicas inspiradas en clásicos

Hay quien a la hora de reflexionar sobre los clásicos se pregunta cuál era la verdadera relación entre el Segismundo calderoniano de La vida es sueño y la sociedad que le rodeaba. O qué pasaba realmente entre ese príncipe encadenado y su padre. O dónde están y quiénes son hoy las laurencias contemporáneas que Lope simbolizó en Fuente Ovejuna. O de qué naufragios interiores, vitales y emocionales nos habla Shakespeare en La tempestad.

Para recoger esas y otras muchas reflexiones ha nacido Almagro Off. Un proyecto del Festival de Almagro, convertido en certamen internacional, en el que se pueden lanzar arriesgadas conclusiones, siempre que quienes las planteen sean jóvenes, las encarnen sobre un escenario y partan de la reinterpretación de textos clásicos, entendidos como aquellos que abarca el periodo barroco. Este año se han seleccionado diez montajes entre 62 propuestas provenientes de 12 países. A todas se les exigía haber nacido en el 2010, o no haberse dado a conocer aún, y haber sido promovidas por directores o colectivos cuya trayectoria no hubiera superado los cinco montajes.

Lucía Rodríguez sitúa en Ciudad Juárez la revuelta de Fuente Ovejuna

El jurado de Almagro Off se ha inclinado por La vida es sueño, de Argentina, que del 21 al 23 de julio clausurará el festival en el Patio de Fúcares, algo que iba implícito en el galardón, por "el ofrecimiento de un nuevo punto de vista sobre este clásico calderoniano, basado en la relación paterno-filial de Segismundo con su padre y por el trabajo de un elenco prodigioso al servicio de una puesta en escena mágica".

Los miembros del grupo tienen entre 25 y 35 años, aunque al frente de ellos esté Carlos Almeida (director del Centro de Investigación y Producción en Teatro de Objetos de la Universidad de San Martín), que ya empieza a peinar canas. Almeida reconoce que todo nació cuando un día miró la foto de un preso de Guantánamo: "Me recordó a Segismundo, me resonaron muchos '¿Por qué?' y '¡Ay mísero de mí...!' y campos de concentración y la creencia en supuestas grandes verdades que llevaron a la humanidad a otros tantos grandes desastres. A partir de ese momento no paré de pensar en el conflicto central de La vida es sueño".

El jurado de Almagro Off ha hecho una mención especial a otros trabajos, como De Fuente Ovejuna a Ciudad Juárez, una coproducción hispanoestadounidense de Thalia Spanish Theatre y The Cross Border Project, dirigida por Lucía Rodríguez, de la que resalta "el uso del teatro como arma de compromiso y denuncia social y la capacidad para actualizar un clásico". Su directora, una joven española que viajó a Nueva York con una beca, se planteó su trabajo como final de máster. No paraba de preguntarse dónde estarían y quiénes serían hoy las mujeres que simbolizaban a esa Laurencia secuestrada y violada, que Lope toma para hablarnos de la sublevación de un pueblo contra el poder.

"Solo pensé en los abusos que sufren las mujeres, en lo mucho que me interesan los personajes femeninos en los clásicos, y me pregunte dónde estaría hoy Laurencia". La respuesta la tuvo clara. "Donde hoy sufren más las mujeres es en Ciudad Juárez", señala Rodríguez. En el montaje, adaptado por Sergio Adillo, se sustituyó la música del barroco por un mariachi femenino, se eliminó la figura de los Reyes Católicos y se recuperó la figura del gobernante, convertido en Felipe Calderón, presidente de México. Se establecieron además otros paralelismos: las labradoras son trabajadoras de las maquilas (empresas de producción textil para exportar, habituales de la frontera entre México y Estados Unidos), el comendador es un narcotraficante y el despistado y glotón Mengo es un niño abandonado, como muchos en Ciudad Juárez.

Otros espectáculos con mención han sido Sueños rotos, de la compañía portuguesa Magnolia Teatro, dirigida por Rafaela Santos, Malcontent, de los grupos Grumelot 03, de Reino Unido, y Teatro en Tránsito, de Madrid, dirigida por Owen Horsley, de la que se ha destacado "el riesgo en la puesta en escena".

Escena de <i>La vida es sueño</i>, la obra dirigida por Carlos Almeida que ha ganado el Almagro Off.
Escena de La vida es sueño, la obra dirigida por Carlos Almeida que ha ganado el Almagro Off.GUILLERMO CASAS BARUQUE

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