El patio de recreo de los millonarios

No hay duda de que Nathaniel Philip Victor James Rothschild, también conocido como Nat, tiene olfato para los negocios. Esa sagacidad le viene dada por su apellido y su esmerada formación. Analista de profesión, es propietario de JNR Limited, una empresa de asesoría de inversión centrada en los mercados emergentes y el sector de los metales, la minería y los recursos. Dicen que todo lo que toca lo convierte en oro. La última apuesta de Nat es el turismo. Él forma parte de un grupo de empresarios que han apostado por convertir Porto Montenegro en el enclave favorito de los millonarios y los famosos de verdad, esos que no quieren salir en las fotos nada más que cuando ellos lo deciden.

El aeropuerto de Tivat, en Montenegro, ha sido estos días de los más concurridos de Europa. Todo porque Nat, hijo del cuarto barón de Rothschild, ha celebrado su 40º cumpleaños en el puerto deportivo, el lugar que muchos ya definen como el patio de recreo de los millonarios.

Hasta allí acudió su ilustre pandilla. "Yates de lujo, modelos y una enorme piscina: bienvenidos a la fiesta de cumpleaños de los Rothschild de un millón de libras", titulaba la prensa británica sobre la exclusiva cita. The New York Post añadía que la lista de invitados era confidencial, aunque trascendió que entre ellos estuvieron el también millonario Roman Abramovich; George Osborne, ministro de Hacienda británico y compañero de Nat en la Universidad de Oxford; Oleg Deripaska, uno de los hombres más ricos de Rusia; el político laborista británico lord Mandelson; el marchante de arte Jay Jopling; el tenista Novak Djokovic y la princesa Florencia von Preussen, de 27 años, biznieta del emperador Guillermo II y de quien se dice que mantiene una "estrecha relación" con el heredero de los Rothschild. Nat estuvo brevemente casado con la también millonaria Annabelle Neilson, y desde que se divorció en 1997 ha tenido muchas relaciones, una de las más conocidas con Natalie Portman.

Poco más se sabe de la lista de 400 invitados, pues Colin Kingsmill, el gerente de Porto Montenegro, tampoco quiso dar datos a las preguntas de varios medios, ya que la discreción es la mejor de las señas de identidad de la zona. "Es un evento totalmente privado", dijo. Solo trascendió que la fiesta costó un millón de euros y duró tres días.

La mayoría de los asistentes se hospedaron en el hotel Splendid, donde se filmó Casino Royale, una de las últimas entregas de James Bond. Desde allí pudieron contemplar Porto Montenegro, ese maravilloso rincón del Adriático donde las montañas dan paso a aguas profundas en las que fondean barcos de gran eslora.

El proyecto para crear Porto Montenegro surgió cuando un grupo de inversores -entre ellos el propio Nat Rothschild- comprobaron la abrumadora demanda de amarres de yates en el Mediterráneo. Los millonarios buscaban un lugar discreto, diferente de la atestada Costa Azul, para fondear y descansar con total privacidad.

Así, lo que inicialmente fue una base naval histórica se ha convertido en un lujoso puerto deportivo promovido además de por Rothschild por Peter Munk, fundador y presidente de Barrick Gold -la mayor empresa minera de oro-, que invirtió 260 millones de euros; Bernard Arnault, fundador del conglomerado de lujo Louis Vuitton Moet Hennessey (LVMH), y el millonario ruso Oleg Deripaska. El exclusivo puerto ofrece la posibilidad de tener una mansión en tierra y junto a ella un amarre para fondear un yate de gran eslora. Y pese a los tiempos de crisis, parece que la expectativas de ocupación se han cubierto con creces.

Muchos lugareños han dado la bienvenida a los cambios, pero otros creen que han partido Tivat en dos: un gueto dorado para multimillonarios que convive todavía con una ciudad gris anclada en la era comunista.