"Estar solo es fantástico"
Ariel Rot ofrece en Córdoba un repaso de sus canciones sin el calor de una banda
Todo empezó una noche de abril de 2010, en Cosmopoética. El festival internacional de poesía de Córdoba pidió al cantante argentino Ariel Rot (Buenos Aires, 1960) que diese descanso una noche a su banda y acudiese al certamen acompañado únicamente por su guitarra. Por algo iba a actuar en un ciclo bautizado como Trovadores. "Fue la primera vez que tocaba solo en mi vida. En 30 años como músico siempre había tenido acompañantes, aunque fuese como una única persona, pero nunca solo. La experiencia cordobesa tuvo muy buena aceptación y fue el germen de todo esto".
Todo esto se llama Solo Rot y es un disco publicado el año pasado -con banda- y una gira que ha llevado a Rot a enfrentarse en soledad a los escenarios. Esta noche es el turno del Gran Teatro de Córdoba. "Salgo rodeado de algunos instrumentos: piano, guitarra eléctrica y guitarra acústica, que dividen el espectáculo en tres bloques distintos. Es un show en el que tengo un repertorio un poco caprichoso, escogiendo los temas que mejor se adaptaban a este formato", explica el artista.
El artista promete un espectáculo con "humor, desenfado y canallismo"
Sobre el escenario, Rot repasa sus temas más emblemáticos, desde los tiempos de Tequila, a Los Rodríguez o sus proyectos individuales. "De todas maneras, al estar solo, es un repertorio que va cambiando, se incorporan canciones, se olvidan algunas. No es un set list cerrado. Ni siquiera llevo un set list, la verdad", comenta. "El espectáculo ha ido armándose a lo largo de los conciertos porque llevo ya unos 25 con esta misma fórmula. Creo que lo he ido mejorando y variando algunas cosas para no aburrirme. Pero podemos decir que un 80% ya está establecido", prosigue.
A Rot le excita encontrarse ahí arriba, sin nadie más que él y su música. "Estar solo es fantástico. Ha sido un desafío, porque no me lo puse nada fácil. El show que preparé no es nada improvisado ni casual. Hay un trabajo en el piano y en cada uno de los instrumentos. Hay mucha música, no es solo coger una guitarra y cantar mis canciones. Hay todo un trabajo de preparación, investigación y también de estudio, para ponerme a la altura y poder todas esas canciones que siempre las toqué acompañado", explica.
Porque para un músico acostumbrado al calor de una banda, al rasgueo de otras cuerdas y a los ritmos marcados por la batería o el bajo, no es nada fácil. "Yo soy un guitarrista que soy casi como un cantante con la guitarra. No soy un guitarrista de jazz ni de flamenco. Siempre que toqué con una banda lo hice con un guitarrista que me acompañó, que me hacía la segunda". Por eso, sin todo ese apoyo, la sensación de estar solo en el escenario le genera al músico una sensación de "autosuficiencia que da mucho placer", reconoce. "Poder hacer un show de casi dos horas y que se te haga corto a ti mismo y a la gente significa que funciona. Y es como superar una prueba de fuego muy importante".
La comunicación también cambia completamente con el público. "Uno busca cómplices abajo, entre el público. Y ello obliga a que la comunicación sea más intensa. He tocado en distintos tipos de recintos, desde garitos, con la gente de pie con una copa, a teatros y escenarios formales. Pero yo intento desestructurar eso. Trato de quitar solemnidad al teatro y que no deje de ser un show de rock. Con humor, desenfado y canallismo".
Algo que encaja perfectamente con el ambiente en el que creció Rot. "Tal vez en España hay poca tradición de hacer conciertos de rock en teatros, pero en otros países sí. Cuando yo era pequeño, en Argentina iba a ver muchos conciertos a teatros. Evidentemente es un espectáculo menos para bailar y más para escuchar, para emocionarse, reír y pensar".
Ariel Rot actúa esta noche en el Gran Teatro de Córdoba a las 21.30. Las entradas, a 15 euros, están sin numerar, hasta completar aforo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.