Tensi, la nobleza del defensa central
Hortensio Fernández Extravís jugó 14 temporadas en el Real Oviedo
"Para ganar un partido primero hay que ir empatado", solía decir Hortensio Fernández Extravís, Tensi, en su etapa como técnico. Tal vez ese principio defensivo fuera la herencia de los 399 partidos, repartidos en 14 temporadas, que jugó como defensa central del Real Oviedo. Tensi, que fue jugador, capitán, entrenador de las categorías inferiores y segundo técnico de la primera plantilla del club carbayón, falleció el pasado lunes, a los 64 años, víctima de un derrame cerebral.
Llegó con 18 años al equipo azul y lo hizo para quedarse. Tras su brillante etapa como futbolista -cualquier aficionado que le hubiera visto jugar lo elegía en su once ideal- se convirtió en técnico. Estuvo al frente de los juveniles del club y del filial hasta que, en la temporada 93-94, Radomir Antic le pidió que fuera su segundo entrenador. En las siguientes temporadas, técnicos tan dispares como Óscar Washington Tabárez, Juan Manuel Lillo, Fernando Vázquez o Luis Aragonés optaron también por él como hombre de confianza.
Tenía fama de defensa contundente, pero también de noble y de bueno. Y prueba de ello es que los rivales siempre le tenían un gran aprecio. "Es un día triste para mí porque ha fallecido un jugador del Oviedo con el que coincidí. No olvido esa defensa: Rodri, Tensi y Juan Manuel", declaró Vicente del Bosque el lunes en una entrevista en El Larguero de la Cadena Ser. La importancia del gesto es doble porque el programa era para hablar del pasado Mundial, y porque, además, Del Bosque se había lesionado de gravedad en una acción con Tensi.
Oviedista de corazón y por devoción, nacido en el pueblo de Las Piezas, en su casa de Ribadesella, en el oriente de Asturias, ondeaban siempre las banderas de España, de Asturias y la del club de sus amores. Conserva el récord de ser la persona que no ha perdido ningún partido como primer entrenador del Real Oviedo, aunque solo dirigió cuatro encuentros. Bajo su tutela crecieron algunos de los mejores futbolistas que ha tenido en su reciente historia el Oviedo y destacó siempre, además, por su bondad y su lado humano. Entendía como pocos al futbolista y sabía cómo ganarse al vestuario. Un día festivo, conocedor de que los futbolistas habían salido algo más de la cuenta la noche anterior, le dijo al mister de turno: "¿Quieres ganarte a la plantilla? Pues vamos a quitarles el entrenamiento de hoy, y ya verás qué bien nos va a todos". Esa temporada el equipo se salvó del descenso a Segunda cuando todavía faltaba un mes de competición.
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