Detrás de San Sebastián 2016

Un grupo de personas, sentadas en el suelo, entre las patas de los tripodes de las cámaras de televisión, no se perdieron detalle el pasado miércoles de la rueda de prensa que Juan Carlos Izagirre ofreció después de que el martes San Sebastián fuera elegida Capital Europea de la Cultura en 2016. El grupo arrancaba a aplaudir en cuanto alguno de los presentes mencionaba el esfuerzo del equipo técnico de la candidatura y jaleó con un "¡aupa!" las palabras de Santi Eraso, responsable de contenido del proyecto.

Los que se habían sentado como indios entre políticos y periodistas eran precisamente los integrantes de ese cuerpo técnico, compuesto por cerca de 15 personas, que desde 2009, año en el que se confirma la presentación de San Sebastián han trabajado en el proyecto Cultura para la convivencia, con el que la capital de Guipúzcoa se impuso a Burgos, Córdoba, Las Palmas, Segovia y Zaragoza. Siempre ahí, arropando a las cabezas visibles del proyecto -Eraso, Eva Salabaerria y Marisol Garmendia- pero en un discreto segundo plano.

Una componente del equipo subraya la creencia en el espíritu del proyecto

Ainara Martín (San Sebastián, 1976) no pudo evitar emocionarse cuando Eraso defendió en aquella rueda de prensa los méritos del programa donostiarra por encima de las críticas y reacciones desmedidas en contra de la decisión del jurado de determinados políticos, como el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch. Licenciada en Bellas Artes por la UPV y con amplia experiencia en el mundo de la moda, arte, e innovación, Martín recordaba ayer las horas de trabajo y el esfuerzo invertidos en San Sebastián 2016. "Soy madre y de mi vida guardo tres recuerdos, el nacimiento de mis dos hijas y ese momento", explica Martín en referencia al instante en el que Manfred Gaulhofer, el presidente del comité de selección anunció en la sede del Ministerio de Cultura, en Madrid, que San Sebastián 2016 era el proyecto ganador.

Martín, como responsable del programa cultural, ha trabajado en el último año codo con codo con Eraso. "Ha sido intensísimo para todos, desde los que han trabajado en administración, finanzas o comunicación", relata. La segunda de abordo del programa cultural además destaca no sólo el proceso de trabajo y desarrollo del proyecto, también la creencia de todos los componentes técnicos en esa apuesta de construir convivencia a través de la cultura y la educación. "Nos hemos embarcado en el proyecto porque hemos creído en él, había una especie de acuerdo tácito, una creencia compartida en el código de valores que embriaga el programa", explica.

A Martín, como al resto de compañeros con los que ha trabajado en los últimos dos años, no parece importarle la polémica que ha suscitado San Sebastián 2016, "estoy segura de que todos los equipos técnicos se han dejado la piel y la vida, y al elegir sólo a una ciudad, pues es un proceso duro de asimilación". Y reconoce que todavía, al recordar las palabras de Gaulhofer, se le ponen los pelos de punta.