Afganistán de puertas adentro
Cualquier aproximación a Afganistán suele ofrecer una imagen en la que todo huele a muerte. Lo que vemos son atentados, opresión, burkas. Pero mientras todo esto ocurre, hay una población que intenta hacer una vida normal, hablar con sus amigos, ir a los mercados o defender sus creencias en la intimidad. La exposición titulada Afganistán, que hasta final de verano se puede ver en Casa Asia (Carrera de San Jerónimo, 15), exhibe las pruebas de que esa otra vida existe. A partir de textos del novelista afgano Atiq Rahimi, los trabajos de los fotógrafos Guillermo Cervera, François Fleury y Rubén Guillem reconstruyen los intentos de vida cotidiana de una población que hace más de 30 años que no conoce la paz. Los protagonistas de algunas de esas imágenes hablan en vídeo de lo que echan en falta o de las cosas que disfrutan. Una galería de 45 retratos de ciudadanos que fueron capaces de esquivar la prohibición de posar por el régimen talibán, completa un sorprendente recorrido por la cara menos conocida de un país en conflicto.
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