"Solo escuchábamos a Rossi"

A menudo, pilotos y mecánicos explican que la mejora experimentada con la moto de un día para otro es, simplemente, cuestión de feeling. Jorge Lorenzo empezó la temporada algo perdido y explicando que no era capaz de sacar todo el rendimiento a su Yamaha. Y no sabía muy bien por qué. Este fin de semana ha vuelto a algunos reglajes de 2010 y dice encontrarse mejor, pues algunas de las evoluciones que probó en los tests de pretemporada en Valencia no responden como él esperaba. Hoy lo vuelve a poner a prueba en Mugello (14.00, TVE-1). "Cuando el piloto no tiene buenas sensaciones es difícil ir deprisa. Basta que te cambien un pequeño detalle para experimentar una gran mejora", cuenta el mallorquín. Ahora, señala él, es capaz de frenar más tarde, su paso por curva es más rápido y la moto se mueve menos. "Me siento mucho más cómodo".

Lorenzo sale hoy quinto en Mugello; 'pole' para Stoner y Pedrosa, octavo

Yamaha no ha hecho cambios radicales como sí ha hecho Ducati, por ejemplo, que le ha dado a Valentino Rossi una moto totalmente distinta en menos de dos meses. Los japoneses prefieren dar pequeños pasos, pero firmes. Y a golpe de pequeñas mejoras han reducido seis décimas. "Empezamos con una gran desventaja respecto de la Honda, ahora estamos mucho más cerca y eso me da confianza", señala el campeón del mundo. Hubo un antes y habrá un después de Valentino Rossi para el equipo Yamaha. Y la fábrica de los diapasones está aprendiendo a sobrevivir a la marcha del que fuera su oráculo desde que ganara el Mundial en su estreno el año 2003.

"El inicio del campeonato ha sido duro. Estábamos acostumbrados a trabajar con Valentino. La M1 se hizo con el 90% de sus indicaciones hasta entonces. Ahora él ya no está, pero están Jorge y Spies y tenemos que entender qué quieren. Vale era muy claro. Nos indicaba en la dirección en que debíamos avanzar. Antes solo escuchábamos a Rossi, hacíamos una moto para él y el resto se adaptaba a ella. Ahora escuchamos a todos nuestros pilotos, incluidos los del Tech 3, el equipo satélite. Nos ha costado, pero hemos logrado una gran comunicación", explica Kouichi Tsuji, el responsable del desarrollo de la M1. Los resultados han empezado a llegar y espera seguir así hoy en Mugello, donde Spies saldrá segundo, tras Stoner, Lorenzo quinto y Pedrosa, octavo.

La otra preocupación de la fábrica ahora es la moto de 2012, la nueva 1.000cc, en aparente retraso respecto de la Honda o la Ducati de la nueva generación, que ya han sido probadas por sus pilotos, hasta en dos ocasiones en el caso de los italianos. El terremoto y posterior tsunami del pasado marzo provocó el cierre de la fábrica principal de Yamaha en Japón durante tres semanas. Además, tuvieron que buscar nuevos proveedores para algunos materiales, pues hubo empresas arrasadas por el desastre. Sin embargo, dice Kouichi Tsuji, se esfuerzan en recuperar el tiempo perdido: "Los pilotos ni lo notarán".

Ni a él ni al equipo les preocupa que Lorenzo y Spies no hayan probado todavía la nueva moto, algo que estaba previsto para mañana lunes en de Mugello. Su último contratiempo y el motivo de la suspensión de las pruebas es la rotura de uno de los motores en los que están trabajando para esa 1.000cc. "Teníamos cuatro motores y con cada uno de ellos trabajábamos factores como la potencia o la durabilidad. Uno se rompió. Preferimos esperar hasta el test de Brno, a mediados de agosto, para tenerlo todo a punto. Además, el desarrollo de la moto depende de Yamaha, queremos que nuestros pilotos se centren en competir", zanja confiado.