Barberá revela que negocia otro cambio de fecha para el premio de F-1

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, desveló ayer que la prueba de fórmula 1 que desde 2009 se disputa en el circuito urbano de Valencia podría celebrarse en la ciudad más tiempo del acordado. Así, 2014 ya no sería el último año de la carrera en la ciudad. La alcaldesa añadió además que se negocia un nuevo cambio de fecha. De concretarse, sería la segunda vez que la carrera cambia de día. La primera se celebró en agosto en 2009, pero la segunda, el pasado año, ya fue en junio. El traslado de agosto a junio pretendía mejorar la asistencia de espectadores.

Barberá alabó la "maravillosa organización" y la "enorme potencia" turística que genera el evento. La alcaldesa calculó que el impacto económico de la carrera habría alcanzado los 40 millones de euros. El vicepresidente de la federación de hostelería, José Palacios, estimó que solo en su sector el gasto de los 120.000 turistas que visitaron Valencia y alrededores ascendería a siete millones de euros.

En cuanto al cambio de fecha de la competición en la ciudad, Barberá apostó por que "todas las expectativas que tenemos por delante cuajen y se consoliden, tanto en el tiempo como en el cambio de fechas que se está hablando y más cosas". El éxito de la negociación, según la alcaldesa, supondría "mejorar la situación de la prueba en Valencia en el calendario". Vista la disposición de las carreras este año, el objetivo sería situar la de Valencia entre la tercera semana de abril (cuando termina la gira asiática) y principios de junio. En todo caso, Barberá ya avisó ayer de que interesa que Valencia sea "de las primeras pruebas de Europa" y así "atraer a los aficionados ávidos" del espectáculo del motor.

¿Y las nóminas?

En el apartado de críticas, la diputada por Compromís Mireia Mollà consideró que es "indecente hacer ostentación de la fórmula 1 mientras no hay dinero ni para pagar las nóminas de los funcionarios". "La celebración de un gran premio de fórmula 1", añadió Mollà, "tiene un coste que la Administración autonómica no puede asumir sin recortar la inversión en servicios básicos". "No es de recibo", concluyó la diputada de Compromís, "que Francisco Camps, establezca como máxima preocupación el futuro de la carrera, mientras los nuevos miembros de su Gobierno se han encontrado con la caja vacía".