Vettel se lo pasa bomba
El alemán suma su séptima 'pole' en ocho pruebas y arrancará por delante de Webber, Hamilton y Alonso en Valencia
Nada más llegar a Canadá, hace dos semanas, un periodista le preguntó a Sebastian Vettel cuál era, a su entender, la curva más peligrosa del Mundial de fórmula 1, esperando que la respuesta fuera, por ejemplo, Eau Rouge, la más mítica de Spa Francorchamps, en Bélgica, o la 130R, en Suzuka (Japón). "La más delicada es la última antes de entrar al parking de Montreal, porque si la tomas un poco más rápido te vas al agua", le soltó Baby Schumi, una respuesta que dice mucho de cómo es el campeón del mundo más joven de la historia, un rubiales de 23 años con una cara de empollón que no puede con ella, que se transforma en un diablo cuando se sube a un coche de carreras. Desde que consiguió el título el pasado noviembre, el alemán está pletórico y se lo pasa bomba, todo un contraste con alguno de sus rivales, esos que ya no saben qué inventar para echarle el guante y que cornean al primero que pillan.
Los Red Bull suman el tercer doblete de la temporada en la clasificación
La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha articulado un siniestro plan para meterle mano al campeonato y tratar de retrasar tanto como sea posible el alirón de Vettel y de Red Bull. Un programa en dos fases que se ha puesto en marcha en Valencia, en el Gran Premio de Europa, con un sutil retoque y que tomará mucho más cuerpo en la próxima carrera, en el circuito de Silverstone, dentro de dos semanas, donde las restricciones se harán mucho más visibles.
Sin embargo, la prohibición de reconfigurar la electrónica de los monoplazas entre la cronometrada y la carrera no tuvo ningún efecto ayer en los bólidos de la marca de bebidas energéticas, que con Vettel y Mark Webber, por este orden, sumaron su tercer doblete del curso. Lewis Hamilton arrancará el tercero, justo al lado de Fernando Alonso, que lo hará en la cuarta posición de la parrilla.
Se trata de la séptima pole de Vettel de las ocho que hasta ahora se han puesto en juego, todas ellas monopolizadas por los coches de Red Bull. A este ritmo, este chaval de dientes refulgentes va directo a superar el récord absoluto en una misma temporada, en manos de Nigel Mansell, que en 1992, al volante de un Williams, salió el primero en 14 de los 16 grandes premios que configuraron aquel calendario. Aquel año y el siguiente, la escudería británica acumuló 15 poles de 16 posibles, un registro que hasta ahora parecía de otro planeta, pero que el RB7 diseñado por Adrian Newey pone en serio peligro.
Nada más bajarse del coche, levantar el dedo índice y mostrarlo a la cámara, en un gesto que los sábados ya le sale de forma instintiva, el corredor de Heppenheim se dirigió a los monoplazas de Hamilton y Alonso y, sin cortarse ni un pelo, metió la cabeza en los dos habitáculos para recabar tanta información como le alcanzara su memoria fotográfica, con el fin de descubrir algún que otro secreto. Un gesto de holgazán que pone en relieve la inquietud y la voracidad del piloto del momento, que conduce el prototipo más estratosférico de la parrilla y que, aún así, aprovecha cualquier oportunidad, por mínima que sea, para seguir aprendiendo.
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